Quien la sigue la consigue. Así fue. Al tercer intento lo logró. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) vendió ayer Catalunya Banc al BBVA, en una subasta en la que también compitieron el Santander y CaixaBank. Las tres entidades presentaron ofertas en firme el pasado viernes para aprovechar la oportunidad de adquirir un grupo financiero que acumula más de 13.000 millones en ayudas, de ellas, 12.600 directamente del Gobierno.
El grupo presidido por Francisco González ofreció 1.130 millones de euros, siendo su oferta más generosa que la de sus dos competidores. El francés Société Génaérale, otro de los interesados por el banco catalán, finalmente desistió de pujar.
La pasada semana, Catalunya Banc cerró ya la venta de una cartera de préstamos, esencialmente créditos hipotecarios, al grupo inversor estadounidense Blackstone, tras lo que el FROB defendió que había ganado «atractivo».
La operación consistió en la transferencia de dicha cartera a un fondo de titulización de activos (FTA) por un importe igual a su valor en libros, esto es, 4.187 millones de euros, de los que Blackstone ha aportado 3.615 millones y el FROB los otros 572 millones.
La cartera contaba con un valor nominal de 6.392 millones de euros y unas provisiones de 2.205 millones y despertó un «fuerte interés» entre diferentes inversores internacionales, con hasta 12 fondos participando en la fase inicial del proceso competitivo. El Estado ha destinado en total cerca de 12.600 millones al saneamiento de Catalunya Banc para cubrir un «agujero sin parangón» en el sistema financiero español, tal y como lo definió el ministro de Economía, Luis de Guindos.
A juicio de los expertos consultados, la operación es «redonda», teniendo en cuenta el precio ofrecido, que el Estado está dispuesto a cubrir parte del coste de las reclamaciones por preferentes, cláusulas suelo y coberturas de tipos de interés (swaps) e, incluso, una probable indemnización a Mapfre si BBVA rompe el acuerdo de bancaseguro que la compañía tiene con Catalunya Banc. Además, el comprador podrá sacar buen provecho a los créditos fiscales.
El pasado febrero, González desveló públicamente que el banco estudiaba la opción de pujar en el segundo intento de compra de Catalunya Banc «con todo el interés posible», al igual que había reconocido días antes el Santander. En aquel momento, el banquero argumentó que la experiencia decía que cuando se ofrecía a un comprador un esquema de garantía sobre parte de la cartera de la entidad subastada, las ayudas del Estado se podían reducir.
Sin embargo, el tiempo demostró que lejos de retornar un solo euro a las arcas públicas, el grupo era incapaz de cumplir con las exigencias de capital y tras suspender las pruebas de estrés europeas, el Estado acabó dando por perdidos los primeros fondos aportados e inyectándole 1.718 millones más.