El nivel de agua del Acuífero 23 desciende tras un año «seco» y su cota se sitúa en 16 metros

A. Pobes
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De marzo a septiembre se ha producido un descenso de dos metros pero, aun así, desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) se asegura que la situación es «buena»

Pozo del acuífero 23 - Foto: /LT

El Acuífero 23 (Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus Valdelobos) ha perdido dos metros de marzo a septiembre situando su cota en 16 metros, lo que significa que ha vuelto a 2.000 hectómetros cúbicos. El principal motivo, comenta Miguel Mejías, jefe de Infraestructura Hidrogeológica del  Instituto Geológico y Minero de España (IGME), es que el año hidrológico 2013-2014, que comienza el 1 de octubre y termina el 30 de septiembre, se ha calificado como «seco» en la «la mayoría de las estaciones de La Mancha». Y es que, «si la media es de unos 450 milímetros cúbicos, este año ha llovido en torno a 300», argumenta. Pero de momento, este descenso no supone que haya que levantar la voz de alarma, pues «simplemente, se empieza a notar la falta de lluvia». La situación «no es alarmante», recalca, pero «habrá que esperar como se presenta este otoño».

Aun así, a pesar de ese descenso y de haber tenido un año seco, la situación que vive actualmente el acuífero es «buena». Fiel reflejo de ello es que si se compara marzo de 2013 con el de este año, el nivel del Acuífero 23,  la enorme bolsa de agua que subyace en la llanura manchega, había subido tres metros alcanzando los 18. Y es que, el hecho de fijar marzo como mes de referencia se debe a que es el periodo de aguas altas de cada año. De tal forma que para conocer la evolución de lo que se considera una de las piezas clave del Sistema Hidrológico de la Cuenca Alta del Guadiana, el Instituto Geológico estudia los «periodos de aguas altas de cada año», por lo que estos últimos datos demuestran que «aún se mantiene el efecto de los años húmedos anteriores», comenta el jefe de Infraestructura Hidrogeológica del IGME.

La recuperación del acuífero se  ha ido produciendo de manera gradual conforme se han ido sucediendo los años húmedos. Fue  en 1995 cuando la zona vivió la peor la situación con respecto al vaciado con una estimación de 3.500 hectómetros cúbicos provocado, principalmente, por las extracciones de agua y por la falta de lluvias, ya que su recarga se produce básicamente por las precipitaciones y los aportes de agua de los ríos, especialmente de los que nacen en Campo de Montiel (Guadiana y Azuer). Hoy, según los datos registrados por el IGME, «se sitúa en 300 metros de vaciado con respecto al año 80».  

En este sentido, la situación que ha experimentado Campo de Montiel tampoco «ha sido mala»,  comenta Mejías, a pesar del descenso de cuatro metros que se ha registrado de marzo a octubre, pues aún así, durante el verano se ha producido un «volumen de 19 millones de metros cúbicos».

 

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