El derbi de dos inmensos porteros

SPC
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Las actuaciones de Courtois y Oblak dejan el duelo entre Madrid y Atlético en tablas (0-0)

El Real Madrid y el Atlético empataron ayer sin goles en un derbi capitalino marcado por la tensión, la igualdad, el esfuerzo y las decisivas actuaciones de los porteros. Thibaut Courtois y Jan Oblak tuvieron pocas, pero decisivas intervenciones, suficientes para equilibrar un marcador que deja al conjunto blanco igualado con el Barcelona en la cabeza de la tabla después de siete jornadas, ambos con 14 puntos, dos más que el combinado colchonero. 

La primera parte se jugó donde quiso el bloque visitante, que no solo defendió tan bien como suele, sin apenas conceder pases filtrados, sino que también se mostró cómodo con la pelota. El dominio del choque se tradujo en una gran ocasión de Antoine Griezmann, que dispuso de un mano a mano ante Courtois que el portero belga sacó con la cabeza. 

A la escuadra merengue le faltaba Luka Modric, intrascendente durante mucho tiempo, y Marco Asensio, poco decidido en las contadas aventuras que emprendió. Además, cometió demasiados errores en el centro del campo. En una de esas distracciones llegó el segundo mano a mano del choque, a los 37 minutos, y esta vez fue Diego Costa quien perdió en su duelo con el cancerbero blanco, quien firmó su primer gran partido con su nueva camiseta.

La mayor posesión blanca apenas le sirvió porque no filtró pases y su banda izquierda, en ausencia del lesionado Marcelo, fue una vía inexplorada. En cambio, su rival impuso su idea y tuvo las mejores ocasiones. En cualquier caso, fueron 45 minutos muy tácticas y con más tensión que fútbol. 

En el descanso se quedó fuera Bale por molestias musculares y su sustituto fue Dani Ceballos. Un cambio que mejoró notablemente el juego de los locales, no solo por la calidad del volante, sino porque el conjunto de Lopetegui sumó un centrocampista más y pasó a dominar la medular, algo que necesitaba. 

Los mejores minutos. Tras varias ofensivas blancas que no llevaron demasiado peligro, Kroos dibujó un pase prodigioso sobre Asensio y Jan Oblak sacó el mano a mano cuando el Bernabéu cantaba el gol. El esloveno reclamaba su parte de protagonismo. Fueron los mejores minutos del Real Madrid que Simeone quiso cortar quitando a Diego Costa y poniendo el músculo de Thomas. Pero su equipo siguió sufriendo, sostenido en defensa por un pletórico José María Giménez, consolidado como un defensa de enorme categoría. 

El combinado merengue dejó pasar esos instantes efervescentes y se le echó encima la fatiga. Comenzó entonces a respirar el Atlético, cada vez más cerca del objetivo que se marcó en la segunda parte, que no era otro que el empate, y siempre con Giménez y Oblak convertidos en muros infranqueables para los de Lopetegui.