El Consistorio dedica 67.000 euros para rehabilitar el molino Sardinero

Ana Pobes
-

Las obras, que concluirán la próxima semana y contarán con la financiación de la Junta, contemplan actuaciones como la reparación de la base, el eje y la maquinaria del siglo XVI

Imagen del molino Sardinero, ubicado en Campo de Criptana. / - Foto: PABLO LORENTE

El Consistorio de Campo de Criptana ha destinado una partida presupuestaria de algo más de 67.000 euros a la rehabilitación del molino de viento Sardinero, uno de los tres molinos del siglo XVI con los que cuenta la localidad. Las obras comenzaron hace poco más de un mes, concretamente el 3 de diciembre, y se prevé que finalicen «en una semana» con el fin de poner todo a punto para la conmemoración del IV Centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote. Esa cantidad está subvencionado con 10.000 euros  por parte del Gobierno regional, como así publicó el  Diario Oficial de Castilla-La Mancha en su edición del pasado 30 de septiembre.

Las diversas grietas que aparecieron en la parte superior y que en cierta manera estaban resquebrajando la infraestructura, llevaron al Consistorio a tomar cartas en el asunto con la finalidad de evitar su derrumbe. Por ello, y con el visto bueno de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de Patrimonio, se procedió a la puesta en marcha de distintas actuaciones. Así, desde hace ya unas semanas se está trabajando en su rehabilitación con distintos trabajos que conllevan el arreglo de esas grietas con la reparación de toda la base, el eje y toda la maquinaria, del siglo XVI.  Un trabajo «necesario», apuntó Pérez-Bustos, al peligrar su cimiento.

Juan Bautista Sánchez, responsable de la empresa que está llevando a cabo los trabajos en el molino, explica que desde su experiencia ha acondicionado otros muchos molinos de la región, algunos con más de 60 años sin funcionar. Asegura que las actuaciones que se han realizado en el Sardinero han sido «fundamentales» ante el temor de que se hundiera por un problema de obra civil. Para ello, se ha desarmado toda la maquinaria «para que no tuviera peso encima porque toda la caperuza pesa alrededor de siete toneladas», por lo que a partir de ahí «se ha arreglado el muro con la reconstrucción de mampostería». Todo con «un seguimiento arqueológico y de patrimonio», apunta.

(más información en la edición impresa)