Niega violar a una mujer aunque la Policía lo halló desnudo sobre ella

Pilar Muñoz
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El procesado niega forzar a una amiga y asegura que fueron a La Atalaya de mutuo acuerdo tras estar toda la tarde bebiendo, mientras que la mujer ratifica la denuncia a puerta cerrada

La Policía le encontró desnudo encima de una mujer en el asiento trasero de un coche en un paraje del parque forestal de La Atalaya sobre las cinco de la madrugada del 7 de noviembre de 2010.

Una imagen «fuerte, tremenda» difícil de excusar y que de entrada, según el abogado del acusado, puede sustentar la versión de la denunciante que él tratará hoy de desmontar con todos los documentos que afirma haber presentado en la causa, como la ausencia de restos biológicos y los informes ginecológicos de la mujer tras denunciar que había sido retenida y violada varias veces por el acusado A. A. H., de 51 años.

El procesado, que se enfrenta a una pena de 12 años de cárcel,  negó ayer en la Audiencia Provincial los cargos que se le imputan y aseguró que fue ella quien le llamó sobre las 17.15 horas del 6 de noviembre de 2010 «para tomar algo».

La mujer de 53 años que declaró a puerta cerrada para preservar su identidad ratificó su denuncia ante el Tribunal de la Sección Segunda y su declaración, según su abogado Juan Antonio López, reúne los requisitos de credibilidad como prueba de cargo (persistencia en la incriminación, verosimilitud del testimonio y ausencia de incredibilidad).

Sin embargo, el abogado Francisco José Víctor Sánchez espera poder probar hoy la inocencia de su cliente en la última sesión del juicio con una batería de pruebas como los mensajes que asegura le envió al móvil dos años después de los hechos a pesar de tener una orden de alejamiento. La mujer interpuso una denuncia contra A. A. H. y el juez de lo Penal le absolvió porque «se vio que era totalmente infundada», recalcó Víctor Sánchez tras subrayar que «ni hubo agresión sexual ni acceso carnal ni penetración» en relación a la grave acusación que pesa sobre su cliente.

El acusado reconoció que unos meses antes de la denuncia había mantenido una relación de «amistad», pero no de pareja sentimental con la víctima, aunque tuvieron relaciones sexuales algunas veces. Aseguró que fue ella quien le llamó la tarde del 6 de noviembre de 2010 para «tomar algo». Estuvieron en varios bares con una amiga hasta las doce de la noche, después compraron bebidas y se fueron a La Atalaya de mutuo acuerdo. Allí estuvieron bebiendo, fumando y oyendo música. Se dieron algún beso, se quedaron dormidos hasta que llegó la Policía y le encontró encima de la mujer. ¿Por qué estaba desnudo? Porque defecó y después vomitó, se manchó la ropa y se la quitó, arguyó el procesado.

Se desorientó. Según la versión de la mujer, él no la llevó a su casa como le pidió, sino a La Atalaya donde la violó. Trató de escapar varias veces, salió del coche pero se desorientó y volvió para que la llevara a su casa. En una de las ocasiones que salió del vehículo dijo que vio un coche y que lo intentó parar «¿y por qué volvió al coche si el acusado estaba desnudo?», le interpeló la presidenta magistrada.

El abogado de la defensa le preguntó por qué no llamó a la Policía con su móvil cuando salió del vehículo y sí a una amiga que había estado horas antes con ellos y que fue quien denunció el hecho a la Policía. La testigo subió ayer al estrado y manifestó que recibió una llamada de su amiga diciéndole  «socorro, ayúdame» y fue cuando llamó a la Policía.

 La atestiguante ratificó su declaración y respecto a si la víctima le dijo que no le había penetrado, respondió que si figura en su declaración ante la Policía y el juez instructor «es así». La denunciante dijo que se puso «muy pesado» y la penetró justo en el momento que llegó la Policía, a las cinco y media de la madrugada, no antes.

«No hay una gota de esperma en la ropa interior de ambos, sólo un enrojecimiento en una mama, y una leve tumefacción en el cuello y manos», señaló la defensa.