Dos 'ángeles' en la grada

M.E. / Bolaños
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La intervención de dos espectadores resultó crucial para que el futbolista siguiera con vida

Uno es profesor de Educación Física y la otra auxiliar de Enfermería en la Residencia para Personas Mayores Gregorio Marañón de Ciudad Real. Podían no haber estado allí, pero estaban. Juan Carlos Valverde, exjugador de fútbol, y Elena del Moral, familiar del entrenador de la UD La Fuente, decidieron asistir al Municipal de Bolaños para ver el partido entre el equipo local y el de Fuente el Fresno. Su idea era la de pasar una agradable tarde de fútbol, pero a la media hora de comenzar el encuentro esa ‘agradable tarde’ se convertía en una pesadilla que exigió de ellos una decisión, rapidez y conocimientos de primeros auxilios que demostraron tener de sobra. No se conocían, pero en ese instante preciso, cuando Ismael Santos más lo necesitaba, formaron un tándem mágico, pleno de coordinación y crucial para que el futbolista visitante siguiera con un hilo de vida hasta que llegaba al lugar la asistencia médica.

«No pensaba ir al fútbol, pero me convencieron. Estaba en la grada y cuando vi lo que estaba sucediendo, no lo dudé. Al acercarme al chico vi que había muchas manos, pero ninguna que supiera lo que había que hacer», recuerda Elena, todavía con el corazón en un puño. «Cuando llegué, ella ya estaba con él», relata Juan Carlos, que acudió raudo desde el otro lado de la grada. «Al ser hombre y tener más fuerza, dejé que siguiera él con los masajes de reanimación, mientras yo le controlaba el pulso», afirma la auxiliar, que ya ha vivido situaciones similares con personas mayores, «pero nunca con alguien tan joven, y eso impresiona». «Mientras estuve atendiendo al chico no fui consciente de mucho, ni del tiempo que tardamos, sólo me limitaba a actuar, pero después, en casa, me vino el bajón», confiesa Elena.  

Juan Carlos sí sabe cuánto tiempo exacto pasó desde que el jugador sufría el golpe hasta que llegaron las asistencias sanitarias gracias a una llamada en su móvil. Apenas 20 minutos, por lo que «quiero romper una lanza por ellos, porque llegaron al campo enseguida, a pesar de la sensación que algunos tenían allí». El docente, hermano del alcalde de Bolaños, aprovecha ese dramático incidente para subrayar la importancia de disponer de unos conocimientos básicos en primeros auxilios, algo que se debería inculcar desde la formación reglada.

Pero por encima de todo, Juan Carlos y Elena sólo tienen un deseo, compartido de corazón:que muy pronto se les pueda felicitar por haber salvado la vida de Ismael. Huyen de cualquier protagonismo hasta que este día que nunca olvidarán tenga un final feliz.