El medicamento más recetado en los cuatro primeros meses de 2018 en la provincia es el omeprazol, un fármaco antiulceroso tras el que se esconde un aspecto clave en el gasto farmacéutico de la provincia: la protección del estómago por el consumo de varios fármacos. Después están el ácido acetilsalicílico, por su prevención cardiovascular, a los que se suma la sovastatatina y atorvastatatina, dos hipolemiantes, para regular el coslesterol, y el lorazepam, un ansiolítico.

«Existen singularidades en la provincia de Ciudad Real», comenta la jefa del área de Farmacia, Carmen Arias, quien destaca «el consumo de ansiolíticos e hipnóticos (benzodiacepinas) y los niveles de polimedicación y gastroprotección», ya que las recetas ciudadrealeñas «están por encima de la media del Sescam».