Los vecinos de Bolaños de Calatrava se vistieron ayer con sus mejores galas para celebrar uno de los acontecimientos más importantes del año: la conmemoración del 50 aniversario de la coronación canónica de la Virgen del Monte, patrona del municipio.

La plaza de España, repleta de devotos, fue el escenario elegido para celebrar la eucaristía que presidió el nuevo obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar. Se trata del mismo lugar en el que hace 50 años, el 22 de mayo de 1966, se celebró la coronación de la Virgen. Hoy, cinco décadas después, muchas cosas han cambiado pero lo esencial se mantiene. Los años se ven reflejados en los rostros de algunos de sus vecinos, quienes muchos vieron la coronación siendo adolescentes. Un ejemplo es Ángela Camacho. Entonces tenía 15 años. Hoy lo vive con «muchos más años pero con la misma ilusión que entonces». En aquella época, recuerda, «la plaza estaba llena de gente y no cabía ni un alfiler ni en las calles contiguas y se vivía de otra forma, pues a pesar de la gran cantidad de gente que ha venido, es mucho menos a la de hace 50 años», lamenta, mientras espera el comienzo de la eucaristía sentada en una silla.

El repique de campanas anuncia que la Virgen del Monte sale a hombros de su ermita, situada a muy pocos metros del altar que la hermandad la elaborado con sumo esmero en la plaza para la celebración de la eucaristía. El reloj de la plaza marca cinco minutos más tarde de las diez y media de la mañana. Es el momento más especial y lleva a los fieles a emocionarse. Un momento «inolvidable» para el que la patrona viste el mismo manto y el ajuar que llevaba en su coronación de hace 50 años. Los cohetes y los aplausos se mezclan ante un ambiente de fervor y devoción. Entre los asistentes, el alcalde de Bolaños de Calatrava, Miguel Ángel Valverde, quien subrayó la importancia que este acto tiene para el pueblo que ayer volvió a revivir un momento «único e inolvidable», pues «si hay días importantes en la historia de nuestro pueblo, éste es uno de ellos», subrayó.