El cielo parece empeñado en reclamar para sí las mejores sonrisas. Poblete despide en la mañana de hoy en la iglesia de Santiago de Ciudad Real a Joaquín del Río, un niño que se convirtió durante toda su vida en un ejemplo de esfuerzo y superación, y que no dejó de luchar en ningún momento, junto con su padre y su población, por tener una vida mejor. Joaquín sufría una discapacidad reconocida del 86 por ciento por una parálisis cerebral. El entierro será esta mañana a las 11.30 horas.
El nombre de Joaquín estaba escrito junto al de otras niñas del municipio con las que Poblete se había volcado. La familia de Joaquín inició en octubre de 2013 una recogida de tapones para tratar de sufragar la silla de ruedas que el niño necesitaba para su día a día, y que encontró una respuesta en forma de solidaridad anónima a principios de este año. «'Joaquinito' ha sido siempre un luchador, y la verdad es que es una pena para todos que se haya ido», explicaba ayer a La Tribuna el alcalde de Poblete, Luis Alberto Lara, que recordaba también la reciente pérdida, en el mes de agosto, de Paula Rodríguez, una niña con parálisis cerebral severa. «Son dos pérdidas muy grandes porque eran muy queridos en el pueblo», afirma.

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