Pascual Pérez, jugador del CDCiudad Real, protagonizó el pasado domingo una de las acciones más extrañas que se han visto sobre un terreno de juego. El defensor abortaba un contragolpe de un futbolista del Almansa ganándole la carrera y la posición, para despejar el balón a córner sin que ningún rival protestara absolutamente nada. Sin embargo, el colegiado del encuentro, Muñoz Méndez, sorprendía a todos señalando falta del lateral y ensenándole la segunda tarjeta amarilla, con la consiguiente expulsión en el minuto 85. Como era obvio, su club recurrió esta segunda cartulina, pero el Juez Único de Competición lo desestimó, por lo que ha sido sancionado con un partido.

Ayer Pascu seguía incrédulo, aunque resignado a su suerte. Se niega a pensar en que alguien haya actuado de mala fe, por lo que está convencido de que todo esto ha sido fruto de «un error grave del colegiado, y otro bastante grande de Competición», por lo que, resume, «no pienso que haya ninguna mala intención por lo que pueda haber pasado antes con el club; son cosas del fútbol».

Esto no significa que el lateral del ‘Depor’ no esté fastidiado con su sanción, provocada por una redacción del acta que no se aproximaba a la realidad ya que hablaba de una posición «temeraria» de su brazo, que supuestamente golpeó en la cara del rival. «Cuando me dijeron que no me habían quitado la tarjeta no me lo podía creer. Es una jugada en la que apenas forcejeamos, y de hecho cuando mando el balón a córner él corre hacia la esquina para sacarlo. Yo termino en el suelo pero no hay falta ni de uno ni de otro», recuerda con detalle Pascu.

Al joven jugador del CD Ciudad Real sólo le han expulsado tres veces en su carrera, dos de ellas como juvenil, «pero nunca en una acción como ésta».   

Apercibido. Otro de los problemas que acarrea este error del colegiado es que Pascu, después de cumplir este partido, se mantendrá con cuatro tarjetas amarillas en su haber, por lo que en breve cumplirá el primer ciclo de cinco y volverá a ser sancionado.