La historia de Carlos Susías es la de una persona que entró como voluntario en una organización de su pueblo, en la Fundación CERES de Tomelloso y que ha acabado presidiendo la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN), que lleva a Bruselas la voz de miles de asociaciones sociales repartidas en 31 países. Apenas dos semanas después de su nombramiento cuenta a La Tribuna por qué está convencido de que «es necesario más Europa, pero una Europa más social o si no, no será».  

¿Cómo se decidió a dar el paso y presentarse candidato para presidir la Red Europa de Lucha contra la Pobreza en Europa?

No lo tenía pensado. Yo era partidario de que el anterior presidente continuase, pero él decidió no seguir. Fue a principios de septiembre cuando las compañeras sobre todo de Islandia y Serbia, que eran miembros del buró, empezaron a decirme  que me debía presentar. También se sumó el compañero de Malta, de Reino Unido y de Portugal, que era entonces el presidente. Yo tenía mis dudas y consulté a la Red española y a la Red de Castilla-La Mancha, que me dejaron libertad para tomar la decisión.

Cuando llegué a Viena estuve hablando con otros compañeros y al final me animé, presenté la candidatura y salí elegido.

En estos momentos dirige la Red de Lucha contra la Pobreza en Castilla-La Mancha y preside la de España ¿podrá compatibilizarlo con la presidencia europea?

Hay que reestructurarlo porque me va a llevar más dedicación. No tanto por temas de viaje, como por la carga que va llegando diariamente de toma de decisiones. La Asamblea nacional de la Red EAPN de España la tenemos en noviembre y ahí tenemos previsto hacer algunos cambios. Yo estoy en determinadas comisiones a nivel estatal y en algunas de ellas posiblemente dejaré de estar y pasarán a estar la Vicepresidencia o miembros de la Comisión Permanente de EAPN. 

Para los que no conocen a la Red Europea de Lucha contra la Pobreza ¿se podría definir como un lobby de aquellos que no tienen lobby?

La EAPN es una iniciativa de la Comisión de Jacques Delors, que es quien llama a las organizaciones europeas que tratan temas de pobreza para tener un interlocutor para estos temas.  A veces en plan de broma yo digo que pretendemos ser un lobby, pero terminamos siendo un lobito. Somos las entidades sociales y no tenemos la capacidad que tienen los lobbies de verdad. Pero sí que es cierto que cada vez nos escuchan más. 

Lo que nos preocupa es que las políticas de integración, las políticas sociales de la Comisión son muy débiles y entendemos que deben ser parte de la gobernanza dura, de lo que tiene que ser la esencia de la UE. 

Una de las cosas que se está planteando la UE es hacer que estas política sociales sean de obligado cumplimiento. ¿Pero cómo se va a conseguir si los países no se ponen de acuerdo ni sobre qué hacer con un barco de inmigrantes en medio del Mediterráneo?

La UE tiene dos tipos de gobernanza: una dura y una blanda. La dura es la de las políticas económicas y fiscales, que todo el mundo tiene que cumplir. Si no cumples con el objetivo de déficit, tienes problemas. Pero luego tienes gobernanza blanda, que es la que tiene que ver con las políticas sociales. Se dice que la UE no tiene competencias en ese ámbito, pero es que en temas económicos tampoco las tenía hace unos años. Nosotros queremos que pueda haber directivas europeas sobre renta mínima, salario mínimo, prestaciones por hijo a cargo, etc. Y desde luego, que sean obligatorias.

Ha sido una vergüenza lo que ha ocurrido con todo el tema de la inmigración. Se llegó a un acuerdo de que hay que hacer un reparto de determinado número de personas refugiadas e inmigrantes por todos los países de la UE. Hay tres países que no quieren cumplir y al final no cumple prácticamente ninguno. Si se está dispuesto a recibir fondos de la UE, también hay que estar dispuesto a asumir las responsabilidades sociales que tenemos como países miembros.

Los discursos xenófobos no son algo nuevo en la UE, pero ahora parece que están proliferando más. Desde España hemos tenido siempre la sensación de que eso es algo que se da en otros países ¿tenemos que empezar a preocuparnos por si calan aquí?

Que no haya conflicto no es por un milagro, sino porque se trabaja. En España durante muchos años, indistintamente del partido que haya estado gobernando, ha habido una actitud de tratar de una manera razonable el tema de la inmigración. Siempre ha salido algún problema o algún ‘venao’ diciendo alguna barbaridad, pero con carácter general creo que en España se ha gestionado bien y eso es porque ha habido una voluntad de hacerlo. La contaminación o no dependerá de lo que queramos hacer nosotros. Esto no es un resfriado que se inocula porque alguien tosa a tu lado. Si seguimos haciendo lo que veníamos haciendo y no exponemos a la inmigración a lo que pueda ser la rentabilidad política, posiblemente podamos manejar mejor el tema que otros países. 

Lo que hay  en este país es un problema claro de aporofobia. Cuando hablamos de que no nos gustan los inmigrantes, los que no nos gustan son los inmigrantes pobres porque cuando vienen ricos no decimos nada. Estamos encantados de ponerles bares y hoteles. Se supone que algo nos dejarán. Y luego la inmigración en España entra sobre todo por Barajas, no viene en patera.  Lo que pasa es que incluso con los inmigrantes nos cebamos con los más pobres. 

Pero son esas pateras las que hacen que la inmigración sea tema de conversación. A largo plazo la solución es que no tengan la necesidad de irse de sus países. ¿Pero qué se puede hacer a corto plazo para que no arriesguen sus vidas para llegar a un país en el que tienen un futuro complicado?

Lo primero es que hay mucha gente que no viene a España, sino que viene a Europa. Esto hay que ponerle un foco amplio y mirar la situación que tenemos demográfica y ver cómo estamos evolucionando. Cuando hablamos de la época que tuvimos de desarrollo y crecimiento fue en parte también porque teníamos un montón de población inmigrante que vino y estuvo contribuyendo.  

Cuando decimos que hay que actuar en los sitios de origen, eso significa inversiones y no estar al mismo tiempo recortando las políticas de cooperación al desarrollo. Es importante dar una sensación real de lo que está ocurriendo. Cuando se hablaba de los 16.000 que tenían que venir a España según el pacto de la UE, que no han llegado nunca, significaban que con 8.000 ayuntamientos eran dos por cada uno. Y si lo dejáramos en los 2.000 ayuntamientos más grandes, serían ocho personas por ayuntamiento. ¿Esto no lo puede asumir este país?¿No se montó una verdadera demagogia en torno a ello?

Entonces a los que se preocupan al ver que se habilitan pabellones en los pueblos andaluces del Estrecho, lo que hay que decirles que España puede asimilar a toda esa gente y a mucha más...

Una cosa es que el problema sea que no tengamos instrumentos de acogida preparados, que hay que tenerlos. Y luego lo que no se puede ser es lo que está ocurriendo en la UE, que se vayan quedando concentrados en Grecia, Italia o incluso aquí en España. Tiene que haber una política europea de inmigración y que todos los países sean corresponsables. Nos va a hacer falta porque es la zona más rica del mundo y una de las más envejecidas. 

En la calle de nuestros pueblos no es difícil ver que hay grupos de adolescentes españoles de padres inmigrantes que forman sus grupos y los españoles de padres españoles que tienen los suyos. Van a la misma aula y conviven en el mismo pueblo ¿pero hay integración?

Pues eso en España está mucho más tamizado que en otros países gracias al sistema educativo. Cuando más invirtamos en educación inclusiva menos ocurrirá. Y cuando hablamos de educación inclusiva también estamos hablando de actividades extraescolares. Lo que tenemos que hacer son actividades donde se puedan mezclar todos. Muchas veces se hacen actividades a las que solo van las familias empobrecidas cuando lo que tenemos que hacer son actividades donde vayan niños, sean de la familia que sean. 

El nuevo informe sobre la pobreza Arope en España estará a punto de salir ¿Qué apunta?¿Hemos avanzado o retrocedido el último año?

El informe se presenta el martes a nivel estatal. Se está mejorando, pero nuestra preocupación es que a nivel nacional sea simplemente haber parado el golpe y que los niveles de pobreza no se reducen de manera significativa. El salario mínimo interprofesional debe crecer. Es necesario un sistema de prestación por hijo, atendiendo a niveles de renta, que somos uno de los cinco países de la UEque no lo tiene verdaderamente. Nos ha gustado bastante el decreto que ha salido ahora sobre pobreza energética, aunque no nos gusta poner apellidos a la pobreza, porque hacen falta medidas sobre bonos de la luz y es que luego los hogares de las personas más vulnerables tienen peores aislamientos, más filtraciones de humedades y electrodomésticos más viejos. 

La estrategia de lucha contra la pobreza es global. Tiene que ver con políticas económicas, fiscales, de Sanidad, Educación, vivienda... y con ingresos dignos. Porque tenemos un 14% de personas trabajadoras pobres y un montón de pensiones por debajo del umbral de la pobreza. Y luego tenemos un sistema de rentas mínimas que la propia UE nos lleva diciendo desde hace cuatro o cinco años que es un carajal y que hay que poner un poco más de orden. 

La Ley de Garantías de Castilla-La Mancha va por su segundo borrador, aunque hay ciertas discrepancias sobre su coste entre los miembros del Gobierno de Podemos y PSOE. ¿Qué le parece el texto?

Primeramente tiene un elemento inteligente, porque por un lado trata de sincronizar un sistema de rentas mínimas tradicional, con un sistema de empleo con apoyo, para lo que podemos usar el Fondo Social Europeo. Todo lo que  llevemos a empleo, aparte de que va a ser una acción más positiva, nos lo vamos a estar ahorrando en rentas mínimas de manera directa. ¿Que va a tener más coste? Seguro. Pero lo que hay que valorar es lo que también reporta. El dinero que va a llegar a estas familias no se va a quedar para guardar debajo de una baldosa, ni se van a comprar un yate ni se lo van a llevar a Suiza. Es dinero que va a consumo directo. Sí es verdad que lo mismo hay que pautarla y ver en cuánto tiempo se pone en marcha en plenitud, si tiene que ser en un año en dos o tres.

¿Teme que no se lleve adelante a tenor de esa falta de sintonía en las declaraciones al respecto de Podemos y PSOE?

Nos gustaría que se pongan de acuerdo. Es verdad que cuanto más cerca están las elecciones más difíciles son los acuerdos, pero se debe hacer un gran esfuerzo. Sería meritorio que tuviésemos una estructura de rentas mínimas y vinculado al empleo. Sería muy novedoso a nivel nacional y muy beneficioso para mucha gente.