Hallan restos óseos en el nicho de un bebé presuntamente robado en 1976

Nieves Sánchez
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Los huesos se encontraban en un ataúd blanco enterrado a un metro de profundidad en una sepultura de alquiler del cementerio, donde se hicieron otras inhumaciones anteriores

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Ciudad Real halló ayer restos óseos en el nicho donde presuntamente fue enterrado el 9 de diciembre de 1976 el bebé Jesús Ballesteros Merlo, que nació en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas cinco días antes y fue trasladado al Nuestra Señora de Alarcos de la capital por una complicación clínica, donde supuestamente falleció el día 7 «al atragantarse con un biberón». Los resultados del análisis de los restos determinarán si se trata del niño nacido del matrimonio formado por Silviano y Josefa, o si por el contrario se confirma el temor de la familia: que Jesús fuera uno de los bebes robados en la España posfranquista.

La exhumación fue autorizada por la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Valdepeñas, que reabrió el caso al constatar que la firma que figura en el legajo de defunción no se corresponde con la del padre, aunque sí está su nombre.

A las 10:15 horas, una comisión judicial integrada por tres médicos forenses entraba al cementerio de Ciudad Real seguida por el matrimonio natural de Valdepeñas y sus hijos, miembros de la Asociación SOS Bebes Robados Madrid y el abogado de la familia y letrado del colectivo, Guillermo Peña, quien señaló que el análisis de los restos para obtener un perfil genético no se conocerá «hasta dentro de cuatro o cinco meses», dependiendo de la carga de trabajo del Instituto Nacional de Toxicología.

Según detalló Peña, los restos se hallaban en una sepultura de alquiler del camposanto ciudadrealeño, sin losa ni inscripción, en la que a un metro de distancia descansaba un ataúd blanco, prácticamente deshecho, con cuatro asas y un crucifijo del mismo color. «Dentro hay restos humanos que se corresponderían con los de un niño, aunque el tamaño del cráneo nos ha parecido un poco grande para un bebé de 2,9 kilos», comentó el letrado junto a Pilar Ballesteros, hija del matrimonio, quien decía ayer que estos hallazgos «acrecientan aún más la incertidumbre».

Los forenses hallaron también entre la tierra que tapaba la caja restos óseos que se corresponderían con niños mayores que Jesús, un crucifijo suelto y «juguetes». «Son restos de enterramientos anteriores. En un patio donde las sepulturas son de alquiler y temporales, no es nada fuera de lo común que aparezcan restos más antiguos». Lo que interesa, añadió Peña, es que los restos más enteros aparecidos son los del ataúd, que podrían ser de un niño o una niña, no sabemos».

Una hora después de iniciarse la exhumación, la comisión introdujo en una caja de cartón el ataúd blanco «con el debido precinto». Los padres, septuagenarios, tenían cita a las 12.30 horas en el juzgado de guardia para que se les tomara las muestras de ADN que serán cotejadas con los restos.

«Ahora habrá que determinar si pertenecen a Jesús Ballesteros, porque de no ser así tendríamos que continuar con el procedimiento para pedir nuevas diligencias para saber dónde está y que pasó con él. Es más, de no ser él tendremos que saber quién es ese niño, porque según los datos de la ficha de ese nicho ahí no debería haber nadie más», puntualizó Guillermo Peña.

Ficha de defunción. Asimismo, el abogado informó que ayer intentaron ver la supuesta ficha de pago de los derechos de sepultura que, según la familia, no fue abonada por Silviano, aunque su nombre figura como pagador. «Nos han comentado que no ha sido posible encontrarla pero que la remitirán en un par de días desde los registros del Ayuntamiento al juzgado de guardia, porque aquí en el cementerio siguen afirmando que esa ficha existe».

El caso de Jesús no es nuevo para Guillermo Peña. El letrado madrileño trabaja en 97 casos más de supuestos bebés robados en España y aseguraba ayer que la casuística es parecida en la mayoría: «Las horas que no concuerdan, pruebas clínicas contradictorias y entierros sin licencia judicial».