El eterno ruido en el Torreón

Manuela Lillo
-

Hosteleros y vecinos expresan su malestar por la situación del barrio • El concejal de Medio Ambiente afirma que la ZAS no está vigente y el PP lo niega

Las calles de El Torreón pueden albergar los mejores momentos de celebración y disfrute de muchos vecinos, pero también las peores noches de insomnio, malestar y rabia de otros. Con tan sólo ‘escalar’ unos pisos se puede pasar del jolgorio de los jóvenes dispuestos a vivir lo mejor de la noche, a la desesperación de quienes ven pasar las horas del reloj sin poder agarrar el sueño por culpa del ruido.   

Es la cara y la cruz de un barrio que tiene en extremos opuestos a los hosteleros de los locales de copas y a los vecinos que residen en sus calles, pero que tienen como denominador común el malestar. El conflicto no es nuevo, pero ha vuelto brotar, como las viejas rencillas de los matrimonios que siempre acaban saliendo a colación.

Tanto vecinos como hosteleros se quejan de la situación. Los titulares de negocios de copas critican la «presión» que están sufriendo por parte la Policía Local, que se traducen en unas multas que han ido minando su capacidad económica. De hecho, los titulares de negocios manifestaron su intención de buscar el amparo de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería para tratar de buscar soluciones.

La reducción de la clientela se ha visto reflejada en la zona y, aunque el ambiente no es el que era en los años del boom de El Torreón, se sigue registrando el eterno ruido. Ruido de gente y el ruido propio del conflicto entre vecinos y locales. La ley antitabaco, la crisis, ambas o muchas más, se señalan como las razones que pueden estar detrás de este descenso, aunque los vecinos siguen sufriendo su penitencia.

«A las seis de la mañana te das la vuelta, miras el reloj y ves que todavía no te has dormido». Los de abajo siguen de fiesta, mientras que los de arriba padecen con infinita paciencia la imposibilidad de pegar ojo. Así lo narra un vecino que vive justo en la esquina de un local que cuenta con la licencia especial de after hours y que sufre el calvario hasta las 7.00 horas. «Aunque el dueño intenta hacerlo de la mejor manera, salen a fumar y a veces se concentran 20, 30 o 40 personas» a los pies de su edificio, con las consiguientes charlas, risas, conversaciones o broncas, que a veces derivan en peleas.

Indica que es el lugar al que van a parar quienes tienen ganas de fiesta tras cerrar el resto de locales y por eso considera que es «el principal foco de molestias» de El Torreón, prosigue este vecino que reside en la esquina de la calle Hidalgos con Cierva. Su ‘arma’ contra el ruido son las dobles ventanas que tiene instaladas, pero el ‘invento’ se le desmonta en cuanto llega el verano y quiere ventilar la casa. Misión imposible, el ruido se cuela en todo su esplendor, así que la opción es vuelta a cerrar las ventanas y echar mano del aire acondicionado, con el consiguiente gasto económico y energético.

Para tratar de conciliar los intereses de unos y de otros, el Ayuntamiento aprobó en el año 2002 un mecanismo especial. Decretó la catalogación de El Torreón como una Zona Ambientalmente Saturada (ZAS). Detrás de estas siglas hay potentes restricciones. Medidas de aislamiento, doble puerta en establecimientos, sistema automático de retorno a la posición de cerrada, además de un férreo control de los decibelios.

Para llevar a cabo este proceso, el Ayuntamiento realizó un mapa de ruido y determinó la zona afectada por la ZAS y los correspondientes locales que hay en ella. En el gráfico adjunto se detalla la revisión que se hizo en el año 2007 y los negocios de ocio situados entonces en la zona. La sorpresa respecto a la ZAS ha saltado esta semana. El concejal de Urbanismo, Alberto Lillo, afirmó que la ZAS no tiene vigencia legal desde el año 2013, puesto que no se han llevado a cabo los trámites oportunos para su revisión. Por su parte, el PP reconoció en un primer momento que no se renovó, pero que sus medidas se seguían aplicando, aunque salió un día después diciendo que no, que la ZAS sigue vigente.

Un grupo de vecinos de la calle Madrilas quiere que se aclare esta situación. Han remitido tres escritos «a todos los grupos de la Corporación y a todos los concejales», por lo que no cabe lugar al desconocimiento. Así lo dijo su artífice, Antonio Bastante, quien afirmó que lo único que piden es «que se cumpla lo contemplado en la ZAS» y afirmó que Alberto Lillo se tiene que amparar en informes técnicos y jurídicos para acreditar que esta catalogación no está vigente. «No estamos en contra de los bares, sino de que no se cumpla la normativa. Queremos dormir y lo único que pedimos es respecto», afirmó este vecino que desde el año 1994 sufre la desesperación de no poder dormir durante los fines de semana debido al ruido.

Quejas similares salen de la boca de un vecino del Pasaje San Vicente que, a sus 62 años, lleva 25  soportando la marcha de los fines de semana. Explica que, aunque ha desaparecido la multitud de gente que se concentraba en los años del auge de El Torreón, se concentran vecinos en las terrazas o en la propia calle que causan ruido. «Aunque hablen en un tono normal, hacerlo por la calle a las 4.00 de la mañana genera ruido», lamentó este vecino.