Fernando Díaz-Rolando: «En materia de Seguridad no hay que hacer experimentos si no tenemos muy claras las alternativas»

Pilar Muñoz
-

Superintendente de la Policía Local

Díaz Rolando posa para la cámara de La Tribuna de Ciudad Real. - Foto: Pablo Lorente.

Fernando Díaz-Rolando asumió el mando de la Policía Local de Ciudad Real a principios de junio de 1999. Después de quince años en el cargo, los últimos como superintendente,  asegura que las nuevas tecnologías han revolucionado y facilitado su trabajo y el de sus agentes, pero subraya que lo más importante para un policía es y seguirá siendo la vocación de servicio, un don que los noveles en el Cuerpo van adquiriendo de los más veteranos. Díaz Rolando está en posesión de las medallas al Mérito Policial del Cuerpo Nacional de Policía, al Mérito Militar del Ejército de Tierra y al Mérito de la Guardia Civil. Hace año y medio recibió de manos de la presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores Cospedal, la medalla oro al Mérito Profesional de la Junta, una distinción que se reconoce la trayectoria de un hombre que ha pasado por todos los peldaños del escalafón policial hasta ostentar la jefatura. Su tesón en el estudio y afán de superación han sido claves.  Es un gran aficionado al cine y a la lectura y practicante de tiro olímpico en sus diversas disciplinas. Está casado y tiene tres hijas.

En su toma de posesión pedía más personal y más medios. ¿Cómo estamos en la actualidad?
Hubo una primera etapa en la que creció la plantilla. Luego, por movilidad, vinieron a prestar servicio en nuestra ciudad agentes muy cualificados de otros cuerpos policiales; más tarde llegó el período de ajustes y congelación de la oferta de empleo público. Actualmente se estudia la renovación de la flota de vehículos, hemos adquirido medios técnicos y esperamos poder ampliar la adquisición de nueva equipación para compensar la imposibilidad de renovar las plazas de policías jubilados o de edad avanzada (segunda actividad). Habrá que esperar, pero no soy pesimista.

Precisamente, la oposición en el Ayuntamiento y los sindicatos policiales piden que los policías locales puedan beneficiarse de una jubilación anticipada. ¿Qué opina al respecto?
No sólo en el Ayuntamiento, en el Parlamento regional ya ha impulsado el Gobierno de Castilla-La Mancha una propuesta en ese sentido. Será un hecho histórico, pues hemos pasado de carecer en la práctica de un régimen de segunda actividad común en otras fuerzas de seguridad a una posible jubilación anticipada. Técnicamente no es tal porque se modifican las cotizaciones a la Seguridad Social, con lo que los policías que pudieran jubilarse lo harían compensando su pensión. Esto, en todo caso, no sería viable si no se prevé la posibilidad de cubrir las plazas que queden vacantes, por lo que habría que modificar la tasa de reposición. En materia de seguridad no hay que hacer experimentos si no tenemos muy claras las alternativas.

¿Cómo afectaría esa medida a la plantilla de Ciudad Real?
Estamos en una media de edad superior a los 45 años, en esa franja de 15 años está más de un tercio de la plantilla. Afectaría notablemente a la reestructuración del servicio y, si no se provee lo necesario para la sustitución de los jubilados, es decir, sin incremento presupuestario no sería viable que el número de efectivos se redujera de forma tan drástica. El binomio libertad-seguridad requiere que los agentes sean más jóvenes, pero también que sean suficientes y actualmente no llegamos a cubrir la demanda de servicios de la ciudad.

Hace unos meses se suscitó un conflicto entre el Gobierno municipal y los agentes a cuenta de las horas extraordinarias. ¿Se ha solucionado? ¿Ha repercutido en el trabajo diario de los agentes?
No se ha solucionado. No hacemos horas extra y somos la única policía de nuestro nivel que no las hace. Hay que decir, en honor a la verdad, que la política de contracción del gasto se ha aplicado a todos los servicios, no sólo a la Policía. Se compensa con tiempo a los que voluntariamente quieren prestar servicio extra, pero este sistema se basa en la voluntariedad y no en la disponibilidad, con lo que los refuerzos están sujetos a que haya agentes que quieran prestar el servicio. Hay que remarcar en este punto la magnífica tarea de entendimiento, acuerdo y compromiso que está dirigiendo nuestro concejal de Seguridad, Guillermo Arroyo, que se tuvo que hacer cargo de la Policía en una coyuntura especialmente compleja y está consiguiendo que todas las demandas del vecindario se cubran en gran medida y sin posibilidad de incrementar el gasto.
¿En que han cambiado los servicios que presta la Policía Local en estos quince años?
Mirar quince años atrás da un poco de vértigo. Ha cambiado sustancialmente nuestro trabajo. Los policías de Ciudad Real se han convertido en un grupo de profesionales muy cualificado, reconocido como tal a todos los niveles. El uso de las nuevas tecnologías, el permanente esfuerzo de estar al día en conocimientos técnicos, normativos y de toda naturaleza ha hecho que nuestro trabajo sea mucho más complicado y en los últimos años creo que todos hemos hecho un esfuerzo por reinventar nuestra función en beneficio de nuestros vecinos. La exigencia de formación técnica, psicológica y física se da ahora en unos niveles superiores a los de hace unos años, lo que implica formación continua, preparación física en el gimnasio de la Jefatura e incremento de conocimiento en el manejo de las nuevas tecnologías, que cada vez se usan más y posiblemente en poco tiempo serán de una importancia definitiva en el cometido de la seguridad (lectores OCR, cinemómetros laser, videovigilancia, detectores de alcohol y de drogas, etc.). Pero lo importante es la base, la formación deontológica, creer en la ética del trabajo,... lo que los mayores llamaban «servicio» y con esa palabra nos mostraban la base sobre la que se sustenta nuestro trabajo.

 

(más información en la edición impresa)