Ríos que vuelven a correr, pantanos que se recuperan y agricultores satisfechos es el balance que deja la recta final de un invierno marcado por un fenómeno atmosférico que se ha convertido en habitual en 20 de los últimos 21 días del invierno: la lluvia. La estación que se despide hoy lo hace cargada de precipitaciones, hasta el punto de que el Observatorio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la capital va camino de situar a este marzo como el más lluvioso de la historia: con los más de 7,2 litros de precipitaciones recogidos ayer al cierre de esta edición, el invierno se despide de Ciudad Real dejando 235,4 litros por metro cuadrado, de los que el 72%, casi 170, han caído en apenas 20 días en los que los ciudadrealeños han sufrido los efectos de las borrascas Emma, Gisele, Félix y, hasta hoy, Hugo.La Aemet explicaba el porqué de esta avalancha de lluvias: el anticiclón que hacía de tapón a las borrascas se movió hacia el norte abriendo así la puerta a las borrascas