«La corrupción provoca una importante erosión en la confianza»

M. Chaves | Ciudad Real
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Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de la Empresa./ - Foto: JUAN LAZARO

Hace algo menos de dos años concedió una entrevista a este diario en uno de los momentos más complejos de la crisis. ¿Cómo ha cambiado la situación económica en este tiempo?

La economía ha cambiado en aspectos importantes; desde el punto de vista de la economía española se ha pasado una prueba de salud muy completa y tenemos un sistema bancario capitalizado, con la solvencia suficiente y homologado por parte del Banco Central Europeo. La situación también ha cambiado en que la economía española mantiene un ritmo de crecimiento moderado, pero positivo. Quizá, otro elemento nuevo desde el punto de vista internacional es que ha nacido la Unión Bancaria, que el pasado 4 de noviembre se constituyó como vía de perfeccionamiento de la unión monetaria y que ejerce como supervisora única de todos los bancos de la Eurozona y que funciona como organismo de resolución de crisis. También hay que destacar que sigue vigente la terquedad alemana a la hora de no cambiar de políticas económicas.

Precisamente hace una semana los 'cinco sabios' alemanes tiraron de las orejas a Angela Merkel.

Lo que todo el mundo está verificando es que la Eurozona presenta un encefalograma plano con un crecimiento muy bajo y, además, con una amenaza peligrosa como la deflación. Lo que el Fondo Monetario Internacional y la OCDE sugieren es que en el conjunto de la Unión Europea haya inversiones públicas más intensas y que de forma común, instituciones comunes lleven a cabo inversiones comunes y aquellos países como Alemania, que tienen margen de maniobra, que intensifiquen la inversión. Sin mayor demanda agregada la Eurozona corre el riesgo de japonizarse y meterse en un círculo vicioso no muy distinto al que ha vivido Japón durante doce años.

En aquella entrevista usted apuntó que no se había tocado suelo y que, como tal, no había comenzado el efecto rebote para la economía española. ¿Ha ocurrido esto ya?

Estamos creciendo, pero se está haciendo de forma insuficiente. España en 2014 crecerá un 1,3 por ciento, que es una tasa de crecimiento baja si se tienen en cuenta los dos grandes desequilibrios que hay que corregir en nuestra economía: un desempleo todavía elevado y una deuda privada de familias y empresas que solamente se podrá reducir sin grandes traumas cuando se crezca mucho más. Es buena noticia que crezcamos, pero es un crecimiento insuficiente y vulnerable a posible tropezones en la Eurozona.

¿Queda aún mucho tiempo para que la mejoría macroeconómica acabe tocando de lleno a las economía locales?

Es verdad que la macroeconomía va por un camino y las familias y las pequeñas empresas por otro. Las mejoras en la macroeconomía están teniendo lugar sin un aumento significativo en las rentas, por lo que hace falta que se cree empleo a un ritmo más acelerado y para eso hace falta que en la economía española crezca la demanda interna. Hasta hace unos meses se ha crecido gracias al esfuerzo exportador de algunas empresas y ahora lo necesario es que el consumo de las familias y la inversión de las empresas también se eleve no dejando solamente el crecimiento de la mano de las ventas al exterior.

Hace poco más de un año tanto la prima de riesgo como el posible rescate copaban los titulares informativos. ¿Era una especie de moda que ya ha terminado o un verdadero peligro que se ha dejado atrás?

La diferencia es que a partir del verano, del 26 de julio de 2012, el Banco Central Europeo plantó cara a los mercados y dijo aquello de «haré todo lo que esté en mi mano para evitar que se rompa el euro». Así que puede decirse que lo que ha cambiado es la actitud del 'primo de zumosol', que ha salido en defensa de las economías cuya deuda pública era más vulnerable, como era el caso de Italia o España. El Banco Central Europeo está haciendo todo lo que puede para estimular el crecimiento, algo a lo que se suma el nacimiento de la Unión Bancaria.

Hablando de rescates. El banco holandés ING acaba de devolver el dinero que se le inyectó hace unos años con intereses. ¿Queda muy lejano esto en España?

Es lejano e incluso, según han reconocido las propias autoridades españolas, no es probable que se recupere el cien por ciento de lo que han aportado los contribuyentes, pero las probabilidades de recuperar eso vuelven a depender mucho del crecimiento económico. Sin crecimiento no se pagan las deudas y, por lo tanto, es del todo punto necesario que se produzca para que incluso los bancos puedan sanearse.

¿Cuánto daño puede hacer a este crecimiento que España esté asistiendo a numerosos casos de corrupción?

No favorece, sobre todo, la confianza. El impacto en el crecimiento no es claro, pero sí es cierto que el impacto en la confianza es importante. Si a los episodios de deterioro de la calidad de la democracia se añaden otra serie de episodios como lo que está ocurriendo en Cataluña nos encontramos con un clima de erosión en la confianza que es fundamental.

Hablando de Cataluña, ¿sería viable económicamente la independencia?

Cataluña si fuera un país independiente sería viable económicamente, pero lo pasaría peor que si formara parte de la comunidad de vecinos de España. Cataluña representa alrededor del 20 por ciento del Producto Interior Bruto de España, pero que haya viabilidad para un país minúsculo, no quiere decir que los catalanes vayan a vivir mejor fuera de España. Lo harían mucho mejor en una federación bien organizada como España.

Volviendo a los casos de corrupción. ¿Puede considerarse España como un mal activo?

No. Fíjese, lo que está ocurriendo en España es que están aflorando casos que no son contemporáneos, sino que algunos vienen de atrás, y en todos los países hay casos de corrupción. Lo que si ha ocurrido es que, quizá, en nuestro país, esa corrupción ha estado muy vinculada a partidos políticos e instituciones que deberían ser ejemplares y, además, su conocimiento se ha concentrado mucho en el tiempo coincidiendo con otra serie de episodios como los problemas territoriales y económicos. Todo esto ha hecho que el deterioro de la confianza sea mayor, pero me atrevería a decir sin animo de excusa que en todas partes cuecen habas.