El asma, una enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por la inflamación de los bronquios, encuentra en el cambio climático a uno de sus enemigos. Y es que el ascenso térmico provoca modificaciones significativas en el inicio de la polinización. En este sentido, el jefe del servicio de Alergología del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR), Francisco Feo Brito, asegura que «las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indican que en el mes de mayo las temperaturas van a ser superiores a las normales; y, por el contrario, las precipitaciones inferiores. Si se cumplen, estaríamos ante el «peor escenario» para los alérgicos: seco y caluroso.

En la provincia, cerca de 25.000 ciudadrealeños, de los que 10.000 son menores, padecen asma. Y, según recuerda el experto, el seguimiento del tratamiento es fundamental para conseguir una buena calidad de vida: «Si los pacientes toman las medidas adecuadas, los síntomas se pueden controlar». Por ello, insta a los afectados a comenzar a utilizar los inhaladores en cuanto aparezcan los primeros. Pero, sobre todo, a hacerlo hasta el final de la polinización para un adecuado control de la inflamación y una mayor estabilidad frente a los estímulos que puedan desencadenar una crisis asmática.

«Abril ya ha despertado a la mayoría de alérgicos», confiesa Feo Brito en el marco del Día Mundial del Asma, que se celebra hoy. De este modo, según precisa, la polinización del plátano de sombra, con concentraciones medias, ha provocado síntomas en los pacientes sensibilizados. Posteriormente, el plantago, una maleza que ha alcanzado niveles reactivos afectando hasta un 30 por ciento, también ha venido a complicarle la vida a los alérgicos. Y, todo ello, sin olvidar el fresno, de la misma familia que el polen de olivo.

Finalmente, el responsable de Alergología del HGUCR apunta a la poa, una «gramínea de día corto» (requiere pocas horas de sol) que ha polinizado entre los meses de marzo y abril, mes en el que también ha sido protagonista la alternaria: «Este hongo atmosférico incrementa la liberación de alérgenos después de la lluvia y humedad ambiental. De esta manera, los alérgicos a ella, en su mayoría niños, han presentado síntomas de asma con tos, pitidos en el pecho y dificultad al respirar». Además, según apostilla, «la inflamación bronquial que provoca favorece que gramíneas y olivo les afecten afecten en este mes de mayo con mayor intensidad, incluso cuando se expongan a cantidades más bajas de polen».