El mercado laboral de la provincia de Ciudad Real da síntomas de mejora, pero lo hace con un latido todavía débil que se pone en riesgo cada vez que las campañas que cosen los hilos del tejido económico provincial se salen en un pespunte. Ha sucedido en el mes de agosto, que ha llegado demasiado temprano para el enlace de la campaña del sector servicios con una vendimia que, por primera vez en mucho tiempo, llega en fechas tradicionales, por lo que la cifra mensual del desempleo quedó marcada en rojo en el calendario. Ahora hay que ver si el impacto de la mecanización pone en riesgo la evolución positiva del empleo que siempre viene de la mano de la vendimia, que además repartió sus efectos entre agosto y septiembre el pasado año, por lo que las cifras del Servicio Público de Empleo (Sepe) deberían mejorar en septiembre a las del ejercicio anterior. Lo harán, probablemente, como está mejorando la cifra de contratos este año con respecto al año anterior, es decir, a golpe de temporalidad.

A la espera de que el Ministerio de Empleo afine los datos de contrataciones del mes de agosto, que recogió en bruto aún en su estadística mensual, en la provincia de Ciudad Real se han firmado, en los ocho primeros meses del año, más de 127.000 compromisos laborales. La cifra es récord para la provincia, que el año pasado elevó el listón por encima de los 125.000 contratos, pero adolece de los mismos defectos: una inestabilidad muy importante en el empleo a causa de la temporalidad de las contrataciones. De hecho, el año pasado había 3.757 contratos indefinidos en los ocho primeros meses del año. Este año, entre enero y agosto, dentro de los 127.408 contratos, hay tan sólo 4.787 indefinidos. Es decir, el 3,75 por ciento de los contratos iniciales firmados. Ni siquiera cuatro de cada cien.

La cifra empeorará. No con respecto al año pasado, probablemente, pero sí dentro de la tendencia de este año, ya que la vendimia empujará al alza la cifra de contrataciones pero lo hará a partir de contratos que apenas durarán un mes, en el mejor de los casos, y que en vez de ocupar el mes de agosto, como el año pasado, cuando el empleo derivado de la recogida de la uva se repartió entre agosto y septiembre, tendrá ecos en el mes de octubre, que será cuando terminen las recolecciones en la provincia. Se trata de una vendimia, al contrario que la del año pasado, estimada como normal, es decir, no será tan corta, pero hay que contar con el efecto de la mecanización, que cada año lima un poco más el impacto de la campaña estrella en materia laboral en la provincia.

En el año 2014, la agricultura registró una media de 4.800 contrataciones al mes, una cifra que en septiembre la vendimia disparó hasta los 26.500 contratos, o lo que es lo mismo, la llegada de la campaña impulsó más de 21.600 contrataciones. Un año después, en 2015, la media de contrataciones agrarias a lo largo del ejercicio fue de 4.718 al mes, con un repunte hasta los 25.256 contratos en septiembre a causa de la vendimia, que impulsó alrededor de 20.000 contrataciones, más de un millar menos que en el ejercicio anterior.

Esta brecha, que describe el avance de la mecanización en la vendimia provincial, se ha acentuado en los últimos años. En el año 2016, las 23.402 contrataciones del mes de septiembre supusieron 18.200 más que la media mensual de las contrataciones agrarias, una cifra que bajó aún más en la campaña pasada, cuando la vendimia provocó un repunte de alrededor de 16.000 contrataciones en la provincia de Ciudad Real con respecto a la media mensual de la contratación agraria. Para este año hay estimaciones, y si las de Comisiones Obreras se cumplen y finalmente la vendimia provoca 10.000 contrataciones directas en la provincia, el descenso podría ser del 40 por ciento con respecto al año pasado, acentuando un descenso en el empleo que lima cerca de 2.000 contrataciones cada año.