El marido de la abogada acuchillado por un cliente declara que casi lo mata

Pilar Muñoz
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Testificó ante el juez, la fiscal y el abogado del policía acusado de la agresión sostiene que la herida fue fruto de un forcejeo

Jesús Corella, abogado del acusado, se dispone a entrar en los juzgados. - Foto: Tomás Fdez. de Moya

El marido de la abogada al que un excliente (policía jubilado) le asestó una cuchillada en el cuello declaró ayer ante el juez instructor que «casi lo mata» y que «intentó quitarle el cuchillo para que no le cortara el cuello». Así lo aseguró a este diario la letrada Amparo Navarro tras afirmar que la noche del 12 de noviembre temió por su vida y la de su marido. Negó que las graves lesiones que sufrió su marido fueran fruto de un forcejeo como sostiene el acusado que, según su abogado Jesús Corella, acudió al despacho de la abogada para pedirle explicaciones por un pleito que le había llevado. En un momento dado se produjo un forcejeo entre los dos hombres, resultando herido el marido de la abogada. Ayer, ante el juez instructor, José María Tapia, ratificó los hechos, la agresión, pero en estos términos sin poder aclarar si su mujer fue testigo, señaló el abogado de la defensa.

Sin embargo, según la versión de Navarro no hubo un forcejeo entre el agresor y su marido, sino un intento de defensa por parte de éste último que «se puso en medio para evitar que me matara».

La agresión se produjo sobre las 21.30 horas, cuando según la abogada, el policía jubilado acudió al despacho «porque quería que yo le llevara un asunto, no para pedirme explicaciones de nada, del divorcio como han dicho. Las sentencias fueron muy buenas para él, incluso hubo una modificación de medidas, se le quitó a la exmujer la pensión compensatoria», aseguró Amparo Navarro tras manifestar no entender como pueden decir que venía a pedir explicaciones cuatro años después de que le llevara ese asunto de Derecho Familia.

Dice que no entiende que su colega ejerza el derecho de defensa de su cliente «atacándome a mí». Todo el mundo tiene derecho a la mejor defensa, pero «sin poner en tela de juicio mi profesionalidad sobre todo en estos tiempos difíciles», remarcó la letrada.

Sostiene que sobre las nueve y media de la noche del 12 de noviembre, Luis Miguel V. D.,  agente del Cuerpo Nacional de Policía jubilado, fue al despacho y «le abrimos aunque se hizo pasar por otra persona. Le abrí y le dije Luis Miguel te conozco. No despegó la boca, le dije que se marchara, que no le iba a llevar ningún asunto y entonces me fije que lleva guantes en las manos y me asuste. Nos pegó un empujón, me agarró por el cuello, mi marido se puso delante y le asestó una  puñalada, lesionándole la carótida». Según su relato de hechos, ella trató de llamar a la policía pero se le cayó el teléfono, entonces abrió la ventana para pedir auxilio mientras su marido gritaba: «nos mata, nos mata». La abogada corrió escaleras abajo y pudo llegar a la calle a pesar de agarrarla por un pie. Estamos vivos de milagro», afirmó para, a renglón seguido, añadir que «le arrancó media cara a mi marido» que tiene que volver a pasar por el quirófano el 7 de enero.

De su lado, el abogado Jesús Corella mantiene que su cliente no tenía intención de matar y que solo hay dos testigos: el policía y el marido de la letrada, puesto que ella «ha dado distintas versiones».

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