En un tiempo de debate abierto sobre la unidad de  España, la filósofa Elsa Punset (Londres, 1964) tiene un mensaje claro, no solo para los secesionistas, sino para todos los políticos del país, a los que invita a «no inventarse diferencias donde no las hay, aprender el valor de la empatía y ponerse en la piel del otro». «Si pudieran reunirse en el espacio, se darían cuenta de la realidad, y es que somos uno y que no hay fronteras». De eso se dio cuenta el astronauta Edgar Mitchell cuando orbitaba la Tierra en el Apolo 14, vaticinando que si fueran posibles esos encuentros en las estrellas, «la vida en la Tierra sería muy diferente».

Este y otros consejos quedan recopilados en Felices, un viaje por las herramientas que desde los antiguos filósofos griegos, egipcios y chinos hasta los nombres más prestigiosos de la psicología moderna han desplegado para la búsqueda y conquista de la felicidad. «No sé si fácil, pero sí es posible», asegura.

Después de El libro de las pequeñas revoluciones, vuelve a afrontar la felicidad.

Son dos libros bastante diferentes y complementarios. Felices sigue con el concepto de pequeñas revoluciones, pero con un enfoque distinto. El mensaje para los lectores es: no estáis solos, formamos parte de una humanidad que lleva en esta búsqueda de la felicidad muchos siglos, aprovechemos esta sabiduría.

Detrás hay mucho trabajo de documentación...

Hubo una parte que me ocupó mucho tiempo, la de los antiguos chinos, que no conocía. 

Incluye además algunos testimonios de sus lectores.

Cuando empecé, les pregunté en mis redes sociales por una pequeña revolución que hubieran hecho y que más les hubiera servido. Quería la voz de otras personas que no son los grandes sabios, pero que son ilustrados en sus vidas. Tengo un público maravilloso, que prueba las cosas que les sugieres y que te lo cuentan. Por eso he dedicado el libro a los lectores, quería devolverles algo de lo que me dan a mí.

Por cómo lo pinta, parece fácil ser feliz.

No sé si fácil, pero sí posible; la felicidad es una conquista que requiere un esfuerzo contra la tendencia del cerebro a refugiarse en lo conocido y en lo negativo, porque tenemos una mente programada para sobrevivir que le da más importancia a lo negativo que a lo positivo, por lo que tienes que estar entrenándolo. La felicidad no es algo que solo viene de fuera y que no depende de ti; al contrario, cuanto más consigues que dependa de ti, de tus decisiones y de tu actitud, más vas a poder mejorarla.