La catedral se llena de familias y niños

D.F.
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El presidente de la Hermandad, Francisco Pajarón, muestra su confianza en que la presentación ante la Virgen del Prado acabe consolidándose como un acto mariano anual

Cientos de personas acudieron en familia a la Catedral de Santa María del Prado para participar en el acto de presentación de los niños ante la Virgen organizado por el Cabildo, la Hermandad y Corte de Honor.

Fue una cita con muchos pequeños endomingados, con abuelos henchidos de satisfacción al ver a sus nietos pasar ante la patrona de Ciudad Real. Mientras los de menor edad no sabían a qué se debía todo aquello, los que se acercaban a la primera década de vida estaban ya muy responsabilizados de la necesidad de mantener una cierta compostura en tan importante acto.

Entre los abuelos equipados con sonrisa de talla extra se encontraba el propio presidente de la Hermandad de la Virgen del Prado, Francisco Pajarón, que en algunos momentos del acto sostenía en brazos a su nieta.

En declaraciones a La Tribuna, Pajarón explicó que la presentación consistió en pasar «la toquilla de la Virgen sobre la cabeza de los niños», para posteriormente pasar bajo la medalla de la Virgen antes de entregar las flores que llevaban para su disposición en torno al paso.

El presidente de la Hermandad subrayó lo emotivo del acto y los numerosos niños que se dieron cita en el templo. A partir de ahí, se mostró confiado en que de cara al futuro, «esperamos que poco a poco, esto se vaya convirtiendo en una fiesta mariana alrededor de la Virgen del Prado», en la que tanto las familias como los propios niños sean los que la hagan crecer.

En cualquier caso, muchos de quienes ayer acudieron con sus retoños a contemplar de cerca el rostro de Santa María del Prado aprovecharon la ocasión para inmortalizar el momento con una o varias fotografías, lo que hizo que el espacio entre el altar mayor y las primeras líneas de bancos se convirtiera en un caótico escenario saturado de rostros sonrientes.

El acto consistió en la interpretación de algunos himnos dedicados a la patrona, así como en una lectura del pasaje la Anunciación a la Virgen a cargo del consiliario de la Hermandad, Francisco Romero. A partir de esta lectura, el presidente del Cabildo de la Catedral, Bernardo Torres, realizó una prédica dirigida fundamentalmente a las familias, en las que exhortó a los presentes a seguir el ejemplo de María cuando tras recibir el mensaje del Ángel respondió «hágase tu voluntad en mí».

En esta línea incidió en la necesidad de los cristianos de seguir «el plan de Dios», tanto en lo que se refiere a la vida personal como en la relación con otras personas. Así, argulló «pensar sólo en uno mismo es egoísmo», y apeló a los fieles que estén listos a ayudar a quien los necesite.

Del mismo modo, el presidente del Cabildo apeló a los matrimonios a que aprendan de la Virgen a comunicarse, como una forma de mejorar la relación entre sus integrantes y la vida en familia.

Torres también tuvo palabras para los pequeños a los que animó a lanzar un beso con la mano en dirección a la Virgen.

Tras la predicación del sacerdote, fue el momento en el que se desarrolló la presentación propiamente dicha, que se alargó durante varios minutos. Bernardo Torres intentó dotar a la ceremonia de algo más de solemnidad con nuevos cánticos y también los que se habían entonado al principio del acto.

A la salida del acto, los fieles repetían sus buenas impresiones sobre esta presentación de los niños ante la Virgen, como Cristina Muñoz, madre de un niño de 18 meses, «en mi casa tenemos mucha devoción a la Virgen del Prado, mi padre y mis dos hermanos me animaron a venir a presentar al niño» y se mostró dispuesta a repetir.

También a la salida, Pepi Benavente, que acompañaba a su hija y su nieto, expresaba su agrado. «Es la primera vez y me ha parecido muy bonito, muy entrañable para que desde pequeñitos los niños se acerquen a la Virgen y vayan viniendo», refirió.

Al mismo tiempo, mostró sus confianza en que esta actividad vaya creciendo con los años, «todas estas cosas inculcan a los niños unos valores y eso importante».