El escritor, guionista y cineasta madrileño Roberto Santiago, las manos que están detrás de El penalti más largo del mundo, El sueño de Iván, El ladrón de mentiras o Los futbolísticos, mantuvo un encuentro con escolares en la mañana de ayer. A primera hora estuvo con las clases de quinto y sexto de Primaria en el colegio público Carlos Vázquez; en total, 45 alumnos que demostraron ser fieles seguidores y haber preparado con antelación el encuentro. Su espontaneidad y su curiosidad propiciaron un ambiente relajado y muchas risas. «Siempre me ponen en un aprieto», declaró a este medio minutos antes de la charla, «porque no tienen el filtro que tenemos los adultos».
Santiago habló durante unos minutos de su experiencia y les comentó que, hasta la fecha, ha escrito 16 novelas, todas ellas inspiradas en algún suceso curioso de su vida y con guiños a compañeros y conocidos. Frente a los pequeños, habló de la vez que su padre mintió a un profesor, hecho que motivó la escritura de El ladrón de mentiras. Porque de casualidades también habló Santiago, como él llama a los puntos de giro de toda historia que se precie. «Estad atentos a las casualidades, porque toda historia tiene que tener sorpresas», afirmó. Y lo dijo por experiencia, porque se definió como un «contador de historias» en distintos formatos; no en vano, escribe novela, cine y teatro, y hace unos años dio el salto a la dirección cinematográfica.
A preguntas de los niños, que se disputaban el turno levantando la mano y pidiendo ser los elegidos, narró cómo había sido el rodaje de El sueño de Iván y la dificultad de reunir en el estadio Azteca de México a 23 niños «que fueran buenos actores, que jugaran bien al fútbol y que además fueran de países distintos». La tarea que le llevó todo un verano, entre casting, ensayos y rodaje, esa su juicio «la mejor experiencia» de toda su carrera, por lo que se mostró deseoso de volver a trabajar con niños. Precisamente a ellos, a su público, les preguntó qué preferirían para la adaptación al cine de Los futbolísticos, una serie de libros ilustrados que une el deporte rey con el misterio, y exigieron que fuera protagonizado por niños «reales».
Los chavales también preguntaron cómo se inició en la escritura. Santiago confesó guardar su primer 'libro', de 12 páginas, escrito cuanto tenía 11 años.