El gran fracaso de la UE

Agencias
-

La masiva llegada de inmigrantes a las costas europeas, principalmente a las italianas, está causando cientos de muertes que, según las ONG, podrían evitarse con políticas adecuadas

 
 
Los continuos y mortales naufragios que están registrándose en aguas del Mediterráneo en los últimos días -la semana pasada comenzó con el hundimiento de un barco con 400 inmigrantes a bordo y terminó con la mayor catástrofe vivida en el Mare Nostrum, con el terrible accidente de un pesquero con al menos 700 sin papeles que intentaban llegar a Lampedusa, a los que hay que sumar más naves a la deriva entre Malta e Italia con cientos de personas-, pone de manifiesto el fracaso de la UE en materia de inmigración, una situación que han denunciado muchas ONG y los Gobiernos de La Valleta y Roma, los más afectados por la constante llegada de refugiados africanos que huyen de sus países de origen para intentar buscar suerte en suelo europeo.
Desde principios de año, ya son más de 1.600 los fallecidos en el mar que separa el Viejo Continente de Libia, el principal punto de partida de los navíos. Ya la semana pasada, antes de esta última tragedia, el número de víctimas era 10 veces mayor que el registrado hasta abril de 2014.
Después del drama vivido frente a las costas de Lampedusa, en el que perdieron la vida más de 360 personas y las instituciones dieron la voz de alarma, más aún después de la visita del Papa a la zona subrayando que el Mediterráneo no se podía convertir «en un cementerio», Italia lanzó la operación Mare Nostrum, un dispositivo humanitario que salvó decenas de vida, pero que, finalmente, fue declarada insostenible, según la ONG Human Rights, por falta de un mayor apoyo de la UE.
Entonces, entró en vigor la misión Triton, implementada por la agencia comunitaria Frontex y que fue un pálido reflejo de su predecesora: un tercio del presupuesto, menor alcance geográfico y, sobre todo, un cambio de directiva, ya que priorizaba reforzar la seguridad fronteriza por encima de las labores de búsqueda y rescate.
A principios de marzo, la Comisión Europea anunció el inicio del Equipo Operativo Conjunto Mare. No es una réplica de la Mare Nostrum transalpina, sino que, por el contrario, es un centro de inteligencia marítima destinado a luchar contra el contrabando de personas, que se ha implementado porque Bruselas ha cerrado sus límites terrestres. Hoy en día, la energía y los recursos se centran en cortar el flujo. Pero eso, sin ofrecer otras opciones para las personas que buscan refugio y asilo, solo se traduce en mayor sufrimiento y muerte. Como consecuencia, las cifras de muertos desde la puesta en marcha de Tritón se han disparado. 
«La Unión Europea sigue de brazos cruzados mientras cientos de personas fallecen en sus orillas», denuncia Human Rights Watch. «Son decesos que se podrían haber evitado si la UE hubiera lanzado un operativo de verdad para labores de búsqueda y rescate», indica. Lo mismo opina Amnistía Internacional: «Es una tragedia causada por el hombre. Estas muertes provocan consternación, pero no sorpresa», censura la ONG.