Restos biológicos y huellas delatan a los Cádiz en el crimen de Flores

Pilar Muñoz
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Los informes de la Guardia Civil sitúan a los tres hermanos en el lugar del asesinato, la A-43

La juez de Instrucción número 5 de Ciudad Real ha levantado el secreto de sumario en la causa abierta contra los tres hermanos del clan Cádiz por su presunta implicación en la muerte de Diego Flores, en junio de 2014, y ha dado traslado a las partes (acusaciones y defensas) para que formulen sus conclusiones provisionales.

De este modo, según ha podido saber La Tribuna, están hechas casi todas las diligencias de averiguación y comprobación del hecho punible.

La juez ha hecho un gran esfuerzo y ha agotado todas las vías para esclarecer la muerte de Diego Flores, de un tiro en la cabeza tras sacar de la carretera la furgoneta que conducía y en la que también viajaba su mujer. Ocurrió sobre las tres y media de la tarde del 23 de junio del año pasado, a la salida de  Carrión, en la A-43. Los autores del crimen huyeron y de madrugada eran detenidos en Linares (Jaén) Ramón, José y Manuel de Cádiz. 48 horas después la juez  ordenaba su encarcelamiento.

Desde entonces, la Guardia Civil no ha cejado en su labor indagatoria para aportar el mayor número de pruebas a la juez instructora. Según el informe, al que ha tenido acceso este diario, los investigadores recogieron muestras de ADN de restos biológicos, sangre y huellas digitales para acreditar la presencia o no de los encausados en la escena del crimen.

En el informe, los agentes concluyen que los restos orgánicos de sangre y huellas tanto en el vehículo y arma hallada (una escopeta) pueden atribuirse a los encarcelados. Los restos hallados en la bolsa de airbag señalan a Ramón de Cádiz como la persona que iba al volante del coche que supuestamente persiguió y sacó de la carretera la furgoneta de Diego Flores, mientras que su hermano José viajaba a su lado. El arma también aparecen restos que apuntan al autor, presuntamente Ramón. En sus zapatillas y camisa aparece una mezcla de perfiles genéticos  de uno de los hermanos Cádiz y de Diego Flores. Es decir, los restos analizados sitúan a los tres hermanos en la escena de crimen, confirmó a este diario el abogado Jesús Corella, que defiende a la viuda y tres hijos de la víctima.

Tres días de los hechos, el fiscal imputó a los hermanos un delito de asesinato, otro de lesiones, un tercero de tenencia ilícita de armas y un cuarto delito de conducción temeraria.