Carreras, fotos y... calor

JAVIER D. BAZAGA (SPC)
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Los nervios, la falta de aire acondicionado y los corrillos que había entre políticos y periodistas han sido los principales protagonistas de esta cita histórica para la formación conservadora

Los pasillos del hotel en el que se celebró el cónclave popular eran ayer un hervidero. Lo fue desde el primer día del Congreso Extraordinario del PP, que debía elegir a su nuevo presidente. Todo esto era nuevo para el partido.

Y desde primera hora se notaba la tensión en el ambiente. Las carreras para llegar al plenario anunciaban que se acercaba el momento álgido de un episodio histórico. Anunciaban eso, y que en el lugar donde se desarrollaba toda la acción no había sitio para todos. Solo 2.000 butacas para 3.082 compromisarios.

Pero tener un sitio dentro solo garantizaba ver y escuchar el desarrollo del Congreso con mucho, mucho calor. El día anterior ya se vieron muchas carpetas ejerciendo de abanicos. Ayer, Sáenz de Santamaría se desmarcó obsequiando unos  con la bandera de España. Pablo Casado prometió que, si ganaba, pagaría el aire acondicionado.

Tras los discursos de los candidatos, en los que el palentino hizo gala de un pulido inglés en su saludo de bienvenida, comenzaron las votaciones, y también los nervios, que no se ocultaban. «Es que es emocionante», afirmaba una compromisaria que mostraba su «ilusión» por el hecho de «poder elegir a mi presidente».