El Cuponazo de la ONCE deja 11 millones en la capital

Diego Farto | Ciudad Real
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Jesús Gómez ha sido el encargado de dejar una lluvia de millones que han quedado muy repartidos de la mano de 74 cupones

Jesús Gómez Palencia ha repartido más de 11 millones de euros en Ciudad Real./ - Foto: PABLO LORENTE

El Cuponazo de la ONCE del pasado viernes dejó en Ciudad Real once millones euros, repartidos en 74 cupones vendidos por Jesús Gómez, quien habitualmente reparte la suerte por las mañana desde la puerta del Centro de Salud de la calle Severo Ochoa y  por las tardes se dedica a recorrer la ciudad, mientras que los sábados acude a Fernán Caballero.

De esta forma, aunque nueve de estos millones corresponden al premio mayor, el cuponazo, la fortuna ha llegado a numerosos rincones de la ciudad. Los 73 cupones restantesdel número 70.948, tienen un premio de 30.000 euros, que a juicio del vendedor «está muy repartido».

Jesús Gómez lleva once años en la venta del cupón y aunque en otras ocasiones ha distribuido premios importantes, «de 2.500 o de 6.000 euros», nunca se había visto en la situación de haber repartido semejante candidad. «Todavía nome lo creo», reconoce Gómez.

En cualquier caso, se siente feliz porque «hay gente a la que le ha tocado a la que  le hacía mucha falta, hay mucho paro». Sin embargo, el vendedor asegura no saber dónde ha dejado el premio mayor: «Se ha vendido en varios bares y por tanto ha estado muy repartido», insiste.

Brindis. Las celebraciones empezaron el mismo viernesen el bar Cripta y Villa, de la calle Lirio, uno de los establecimientos en los que hubo varios agraciados. «Allí sacaron una sidra para brindar», afirma y ayer por la mañana también hubo quien le invitó a tomar un café. A parte de ello hay personas que se acercaron para felicitarle, pero a muchos de sus clientes les volverá a ver en los próximos días.

El vendedor desvela que le satisface especialmente que el número premiado se haya vendido en el Cripta y Villa. «Son clientes míos desde hace once años y siempre me decía: «Pero dame uno que toque, que nunca toca, y ahora fíjate si les ha tocado», recuerda.