El Atlético tropieza con un muro

DPA / Madrid
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El conjunto rojiblanco empata sin goles frente a un Chelsea que aguantó pese a las lesiones de Cech y Terry

ATLÉTICO MADRID CHELSEA - Foto: JuanJo Martin

Atlético de Madrid y Chelsea empataron ayer sin goles en el primer asalto de las semifinales de la Liga de Campeones, un resultado que fue absolutamente fiel a lo que ocurrió sobre el campo. El conjunto inglés renunció por completo a atacar y el cuadro local tampoco arriesgó en exceso para desequilibrar un marcador que dejó completamente abierta la eliminatoria para el encuentro de vuelta.

El choque pareció la visita al dentista. Fue el ‘partido del miedo’, algo que se pudo comprobar ya desde las alineaciones. José Mourinho propuso un equipo ultradefensivo con Fernando Torres como único punta y dos líneas defensivas muy próximas a su propia área. Renunció al balón y no quiso que nada sucediese: ni en área propia ni en ajena.

Simeone no le fue a la zaga, pues dejó a Diego Costa como único delantero para incorporar a Diego Ribas a la medular. Su problema durante largos minutos fue que los laterales no llegaron a la línea de fondo y que Diego apenas tocó el cuero en las zonas de peligro.

- Foto: DARREN STAPLES El Chelsea entregó el esférico a la escuadra ‘colchonera’, una circunstancia con la que el equipo rojiblanco no pareció demasiado cómodo en todo momento.

Quizá el plan de Mourinho fuera quitar la pelota y salir rápido, pero cualquier intento ofensivo quedó abortado por dos razones: se limitó a despejar lejos cada balón que le llegó en su área y siempre robó muy lejos del arco atlético. En este escenario, se celebró cada falta o saque de esquina como si fuera un penal.

Lo más noticioso de la primera parte fue la lesión del arquero visitante, Petr Cech, quien a los 17 minutos fue sustituido por una mala caída y difícilmente podrá jugar el duelo de vuelta por una aparente luxación. Pero el Atlético apenas probó al suplente, el australiano Mark Schwarzer, de 41 años.

Urgencia local. Casi nada cambió con el inicio de la segunda parte. Si acaso, lo que sucedió es que el paso de los minutos metió algo de urgencia en los corazones de los hinchas y sus jugadores adelantaron las líneas para presionar más arriba. Además, controlaron mejor los despejes del Chelsea, que siguió dando pasos atrás.

Tampoco fue demasiado ambicioso Simeone, que solo cambió pieza por pieza cuando quitó a Diego y metió a Arda Turan. El conjunto londinense le cedió todo el terreno porque su única obsesión fue acumular futbolistas en su área.

Y dio la impresión de que al Atlético tampoco le importó demasiado el empate. Una de sus mayores preocupaciones, no recibir goles, la cumplió sin esfuerzo. La otra parte del plan, marcar algún gol, quedó inconclusa.

Eso ocurrió por dos cosas: sus futbolistas no tiraron paredes para romper el muro inglés y, sobre todo, ninguno se atrevió a desafiar a sus rivales en el uno contra uno.

Así concluyó un duelo cuyo resultado no pareció disgustar en demasía a ninguno de los dos equipos, y menos a un Chelsea que renunció por completo al gol. Ahora la pregunta que queda es: ¿arriesgará alguno en el encuentro de vuelta?