Con los embates de la crisis golpeando fuerte en sus pulmones, a Puertollano le falta el aire. Alza la vista hacia el futuro incierto mientras las cicatrices no paran de sangrar: la herida de Silicio Solar abierta de par en par por un concurso de acreedores que suena a liquidación; la minería en solfa por el recorte de las ayudas que pican junto a ellos en el carbón; los centros de atención a discapacitados, como Fuente Agria, al límite de sus fuerzas por la falta de liquidez; la sanidad en alerta máxima ante el cierre de camas, posible preludio de algo peor. Así, con el futuro difuso, Puertollano necesita aire. Miles de sus ciudadanos salieron ayer a la calle para mostrar que oxígeno no le va a faltar. Los sindicatos convocaron; el pueblo fue la respuesta.
Ante el baile de cifras habitual, la realidad de las fotos. La Policía cifraba entre 5.500 y 6.000 los manifestantes, los sindicatos ofrecían valores que rondaban, a ratos, incluso los 15.000. La realidad es que La Concha, epicentro de las protestas ciudadanas, se quedó pequeña. Miles de cabezas escucharon y aplaudieron a todos aquellos que pasaron por el micrófono con algo que decir. Las palabras las pusieron los mineros de Encasur, los responsables sindicales del sector de las energía renovables, una representante del comité de empresa de Fuente Agria y Emplealia, portavoces de Accem y los secretarios regionales de CCOO, José Luis Gil, y UGT, Carlos Pedrosa, los dos sindicatos que convocaron la marcha. Todos implicados en el futuro de la comarca.

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