La Virgen del Monte volvió aconvocar a miles de romeros, como viene siendo habitual cada último domingo de abril en una de las romerías más multitudinarias de la provincia. Les regaló un día de sol brillante y respondieron abarrotando la iglesia con fervor. A las 12.00 horas, no cabía un alfiler en la Casa de la Virgen, que se exponía ante su pueblo ataviada con un precioso traje blanco y un moderno exorno floral, elaborado a partir de rosas blancas y amarillas. El sacerdote Francisco José García Francés fue el encargado de oficiar la ceremonia.

Ocupaban los primeros bancos el alcalde de Bolaños, Miguel Ángel Valverde; el de Almagro, Luis Maldonado; y el de Socuéllamos, Sebastián García; entre otras personalidades. Desde el balcón superior, el coro se dejaba la garganta para poner voz a la devoción bolañega. Los rodeaban curiosos asombrados ante la cantidad de fotografías y recuerdos que se acumulan en honor a la patrona.

Fuera, convivían los que aún no se habían ido a dormir con los que paladeaban los primeros rayos de sol de la mañana. Las lumbres estaban encendidas y las sartenes comenzaban a borbotear. Las familias Chacón, Castro y Barón, con algunos de sus miembros procedentes de Valencia y de Córdoba, llegados expresamente para la ocasión, comenzaban a dar los primeros bocados. Un par de calles más allá, una mujer se afanaba en  salar las chuletas para la lumbre, antes de que estuviera preparada la carne frita con ajos que tenían pensado preparar. «Nada más llegar, ya teníamos hambre», contaba con alegría. Más avanzados en la fiesta estaban los  integrantes de la Peña los Fuegos, que no dudan en posar para La Tribuna con los vendedores ambulantes en un día de alegría y fraternidad.

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