El sector de la automoción retomará ante el nuevo Ejecutivo una vieja reivindicación: que se vuelva a poner en marcha el Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente, el llamado Plan PIVE, que favorecía el achatarramiento de vehículos antiguos a través del incentivo a al compra de nuevos. Este plan, que contabilizó ocho ediciones de balance desigual debido a su oscilación presupuestaria en el tiempo y al trasvase de peticiones entre una y otra partida, auspició en la provincia de Ciudad Real más de 10.000 operaciones, y fue para el sector «un impulso fundamental» que durante la crisis fue sostén principal ante la caída de ventas, y durante la recuperación suponía un acicate para tratar de volver a las cifras de antes de la recesión económica.