La ocupación en el albergue para personas sin hogar sostenido por Cáritas Interparroquial ha disminuido un 62 por ciento a últimos de año, una caída que se constata también en la calle. El año que acaba de finalizar Cáritas prestó ayuda a más de 300 personas sin hogar y el pasado noviembre el albergue estaba al 82 por ciento de ocupación y la previsión era que subiría el número en las fiestas navideñas. «Estábamos preparados para atender a todas las personas sin hogar que acudieran en demanda de ayuda, pero por algún motivo ha bajado el número que se esperaba», indica a este diario la directora de Cáritas Interparroquial, Chelo Almodóvar, quien aclara que es «algo puntual». Una caída achacable a que las personas sin hogar hayan optado por marchar a zonas más templadas de España, a la costa que suele registrar en periodos festivos mayor número de turistas. Otro factor que puede haber influido es el repunte de la economía. En cualquier caso, Cáritas Interparroquial esperaba mayor presencia de sin hogar en diciembre, sobre todo en los días festivos, pero no ha sido así.
El albergue, dentro de la red de atención a las personas sin hogar sustentada por Cáritas Interparroquial, cuenta con once plazas y cinco están casi siempre ocupadas y las otras van oscilando. La mayoría de los usuarios son varones, indica Chelo Almodóvar, quien precisa que hay siempre una habitación dispuesta para atender a mujeres sin hogar. De hecho, la semana pasada acogieron a dos mujeres que estaban de paso. A todos, sean hombres o mujeres, Cáritas les ofrece ayuda, también para incorporarse a la vida social y laboral.
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