José Ignacio de la Rubia, impulsor de la plataforma que trabaja desde el pasado mes de mayo para evitar la ruina del Convento de las Madres Concepcionistas, ubicado en la plaza de Inmaculada Concepción, en las Terreras, informó ayer a La Tribuna de la disposición mostrada por el presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, de colaborar en las tareas de adecentamiento del edificio religioso, «siempre y cuando la Orden Concepcionista ceda el inmueble a otra institución para uso de la ciudad o a la propia plataforma» y esta presente un informe detallado de las acciones que sería necesario acometer para rehabilitar el espacio, acompañado de un proyecto creíble de uso futuro para la ciudad, «acorde con el edificio».

El presidente de la institución provincial y el diputado del área de Cultura, David Triguero, mantuvieron ayer una reunión con de la Rubia y cuatro integrantes más de la plataforma Salvemos las Terreras para conocer de primera mano las acciones que llevan realizando en estos últimos meses para conseguir que este Bien de Interés Cultural (BIC) no se deteriore más y se ponga al servicio de la ciudad con fines culturales o turísticos. El convento permanece cerrado desde que en 2008 se marcharan las dos últimas monjas de la orden Concepcionista que lo habitaban.

«El presidente Caballero nos ha manifestado su preocupación por el patrimonio histórico, ha sido la última institución a la que hemos recurrido, pero es la primera que ha tenido la deferencia de recibirnos y de ahí que estemos tan agradecidos», indicó De la Rubia.

Aunque entre los puntos abordados estaba la petición por parte de la plataforma «de buscar alguna fórmula para la adquisición del convento para evitar que se pierda», el presidente de la Diputación les trasladó su «negativa» a asumir la cesión del inmueble, pero sí se comprometió, según declaró De la Rubia, a que en caso de cesión a otra administración o a la propia plataforma «colaborar en esa rehabilitación siempre que el proyecto de futuro sea acorde al inmueble y al espacio protegido de más de 1.700 metros cuadrados». Del mismo modo, y según la plataforma, Caballero les informó que se pondrá en contacto con el Ayuntamiento y la Junta para tratar el asunto.

acceso al convento. El mayor escollo que ha encontrado en estos meses la plataforma es el acceso al convento. «Hemos pedido por activa y por pasiva a la Orden a través del Monasterio de Osuna que nos permita entrar con ellos para valorar el estado del edificio y la última respuesta de hace quince días con un representante de la Orden fue que en casa de uno entra quien uno quiere». Sin embargo, añadió, «la Ley de Patrimonio obliga a los propietarios de un BIC a que ese edificio se abra al menos cuatro veces al mes al público».

A raíz de esta negativa, la plataforma instará a la Delegación Provincial de Cultura a que remita un escrito a la Orden «exigiéndoles que les dejen entrar en el edificio». Acción «imprescindible», según el responsable de la plataforma, para documentar el estado del convento, ver sus necesidades, conocer a cuánto ascendería su reforma y presentar un proyecto de futuro.

El siguiente paso en el que la plataforma ya está trabajando es en los estatutos para constituirse en asociación cultural, con el fin de contar con una mayor amplitud legal. Actualmente, unas 600 personas, la mayoría vecinos del Perchel, están detrás de la plataforma.