Tocaba entrar en la historia, pero como ocurre en estos casos, no es ni mucho menos fácil. El Yugo UD Socuéllamos tenía, 23 años después, una cita con la historia, pero no dependía sólo del equipo blanquiazul; enfrente tenía un rival que, exceptuando al Almansa, ha sido el mejor visitante que ha pasado esta temporada por el Paquito Jiménez.

Y eso que la salida de los blanquiazules fue fulgurante, dispuestos a finiquitar a la primera su presencia en los play off, por la vía rápida; pero una vez que los albaceteños se asentaron sobre el terreno de juego, dejaron claro que no le iban a poner las cosas fáciles a los locales y para ello se hicieron con el balón, dominaron el centro del campo, y comenzaron a elaborar jugadas trenzadas, con toque, sin dar un pelotazo y con criterio y verticalidad, todo un mérito para un equipo que ha ido creciendo con el paso de las jornadas y que nada tiene que ver con el de la primera vuelta.

Dominio alterno, más control visitante, escasas llegadas a portería por parte de un Yugo UD Socuéllamos que quería alcanzar la gloria a las primeras de cambio, pero que se topó con un adversario constructivo, que elaboraba el juego y que ponía en aprietos al centro del campo local con balones jugados con criterio. Destacar la labor de Carrasco, jugador de gran técnica que se movió perfectamente entre líneas y por el que pasaba todo el juego de creación de los albaceteños.

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