Duro compromiso el que tendrá que hacer frente el Yugo UD Socuéllamos mañana en el partido adelantado correspondiente a la jornada 32 de Segunda División B. Los blanquiazules, una vez certificada la permanencia, visitarán el estadio Ciudad de Tudela, de la misma población navarra, para medirse a un CD Tudelano que se ha caracterizado por su fortaleza defensiva, siendo, junto con el líder Huesca, el equipo menos goleado del grupo, con sólo 25 goles en contra. Pero los navarros también se caracterizan por ser uno de los conjuntos menos goleadores del grupo, con 32 tantos a su favor, prácticamente a uno por partido, lo que habla muy bien de un equipo que rentabiliza al máximo sus oportunidades y que sabe sacar provecho de los pocos goles que anota.
El conjunto entrenado por Manix Mandiola se ha mostrado más que regular a lo largo de la competición, habiendo conseguido 25 de los 44 puntos que tiene en su estadio de Tudela, donde no pierde desde el pasado 8 de febrero, cuando cayó por 1-3 frente al filial del Atlético de Madrid. En su campo, además de este partido, también ha cedido los tres puntos frente al Real Unión de Irún, Leioa y Getafe B, los tres partidos por idéntico resultado: 0-1.
Los navarros ya lograron llevarse los tres puntos del Paquito Giménez en la primera vuelta, demostrando una gran fortaleza defensiva y no dejando maniobrar a un Yugo UD Socuéllamos que vio cómo en dos jugadas a balón parado los tudelanos se llevaban la victoria (0-2).
MOMENTOS DIFERENTES. Una vuelta después de ese partido, este Yugo Socuéllamos nada tiene que ver con el de entonces. Los de Ángel García Cosín están situados en la octava posición, empatados a puntos con el Barakalado, y mirando más hacia la zona de arriba de la clasificación, sobre todo después de su victoria ante el Conquense.
El discurso de los blanquiazules de mirar demasiado al horizonte e ir ‘partido a partido’ le está viniendo bien a un equipo que no esconde que una ilusión sería la de poder disputar la próxima edición de la Copa del Rey, en lo que significaría poner el broche de oro a una campaña histórica y que ya tiene matrícula de honor.