El encuentro entre Sánchez y Rajoy refleja la ruptura entre PP y PSOE

BENJAMÍN LÓPEZ (SPC)
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La reunión apenas duró 35 minutos y los dos líderes políticos ni siquiera se estrecharon la mano ante los periodistas

El secretario general del PSOE y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, protagonizaron ayer un encuentro frío y distante de poco más de media hora en el que ni las formas ni el fondo ni las palabras de uno y otro invitan a pensar ni por lo más remoto que pueda haber un acuerdo entre los dos partidos. Más bien todo lo contrario. A pesar de que el líder socialista calificó la reunión de «útil», lo cierto es que lo que se pudo constatar en las ruedas de prensa posteriores es que no hay puntos en común más allá del compromiso de los dos partidos en mantenerse firmes en la lucha contra el terrorismo y en la defensa de la unidad de España. Ninguno movió un ápice su posición ya anunciada de antemano.

En cuanto a las formas, la reunión estuvo marcada por el hecho de que Rajoy y Sánchez ni siquiera se estrecharon las manos ante la prensa aunque sí instantes antes, nada más verse en el Congreso, lejos de los objetivos de las cámaras. El madrileño hizo un amago de ofrecer la mano al gallego, que no correspondió, pero el propio líder socialista le disculpó: «Probablemente, no veía que yo le estaba tendiendo la mano, no le den más importancia». Estas palabras que contradicen el Twitter oficial del PSOE, que se apresuró a colgar una fotografía de ese momento acompañada por el siguiente texto: Sabíamos que no era un político decente. Ahora sabemos que tampoco es educado.

Hasta la puesta en escena previa y posterior al encuentro denota la nula sintonía que existe ahora mismo entre los dos líderes. La sala donde debía producirse fue un punto de fricción hasta unas horas antes ya que, según aseguraron fuentes del Ejecutivo, al equipo de Sánchez le parecía que el salón donde se vieron el día anterior Rivera y Rajoy recordaba mucho a la Moncloa. Así que se buscó un lugar diferente, la antesala del comedor de Gobierno, una zona neutral del Congreso. Ni siquiera hubo acuerdo para la comparecencia posterior ante la prensa, y cada partido optó por un lugar diferente de la Cámara: Rajoy en el escritorio y Sánchez en la sala de conferencias de prensa.

En lo que se refiere al contenido del encuentro, los dos reconocieron en sus respectivas ruedas de prensa que mantienen exactamente la misma posición de siempre. Es decir, Rajoy le dijo a Sánchez «lo que ustedes ya saben», es decir, que «lo más razonable, lo más sensato y lo mejor para los intereses generales de España» es un Gobierno presidido por el PP.

A su juicio, debe ser así «por la democrática razón» de que su partido ha ganado las elecciones con amplia ventaja sobre el segundo. «Es evidente que el pacto PP, PSOE, Ciudadanos es lo mejor para España», reiteró Rajoy ante el líder progresista, y como argumento afirmó que eso es «lo que hace escasas fechas defendió el Partido Socialista en Andalucía».

Según afirmó el presidente en funciones, Sánchez no había emitido ningún juicio de valor al respecto «ni se lo he pedido». Esta versión no cuadra con lo expresado por Sánchez en la sala de prensa. Según el líder socialista, le dejó claro que su partido no va a formar parte de ningún Gabinete con el PP, pero que si consigue ser investido, tenderá la mano a los populares en asuntos de Estado, y que le pedirá la misma lealtad que demostraron ellos en la oposición.

El número uno de Ferraz también le pidió al de Génova que termine con la «campaña del miedo» contra un pacto entre el PSOE y Podemos que, a su juicio, han iniciado algunos ministros que aseguran que traería muchos problemas a España. Según dijo, a su modo de ver, lo que puede traer problemas al país es lo contrario, que el PP permanezca en el poder.

Asimismo, el secretario general del PSOE y el presidente en funciones no hablaron en ningún momento del desafío independentista catalán, y eso que Sánchez había criticado a Rajoy en los días previos al encuentro por no consultarle los últimos movimientos judiciales ante el Constitucional.

Aunque pueda parecer sorprendente, tampoco mencionaron el asunto de la corrupción, según reconocieron ambos. El socialista recalcó que no había querido ahondar en la situación que atraviesa el PP, pero que seguían pensando que este bloque se tiene que «regenerar» porque es importante para el país que haya un Partido Popular «fuerte», y que la mejor forma de hacerlo es que pase a la oposición.

Sí dedicaron bastante tiempo a hablar de la posición de España en el próximo Consejo Europeo que se celebrará los días 18 y 19 de marzo en Bruselas, y en el que se debatirá sobre todo del papel del Reino Unido en la UE. El PSOE exigió al Gobierno en funciones que lleve una posición consensuada. Mariano Rajoy se mostró dispuesto, aunque dejó claro que un Ejecutivo no puede llevar un mandato cerrado, sino que debe tener cierta capacidad de maniobra para poder negociar.

ESTRATEGIA. Poco antes del encuentro, Sánchez mantuvo una comida en Ferraz con, entre otros, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; el primer secretario del PSC, Miquel Iceta; y el dirigente andaluz más importante de la Ejecutiva, el secretario de Política Federal, Antonio Pradas. Ya por la mañana, mostró sus preferencias como aliados:Podemos, Compromís, Ciudadanos e IU;una combinación imposible a día de hoy. «No me cierro a nada», apostilló.