La Policía Local está llevando a cabo estos días una campaña de control de los ruidos que emiten los ciclomotores y las motocicletas, con la que pretende comprobar si cumplen o no con la limitación de decibelios establecida en la normativa municipal. Se trata de la primera campaña de este tipo que desarrolla la Policía Local este año, ya que con el verano no sólo aumenta la utilización de estos vehículos, sino que también crecen las posibilidades de molestar a los vecinos, dado que con el calor se suelen abrir las ventanas de las viviendas y cualquier ruido excesivo pertuba la tranquilidad, según explicaron fuentes de la Policía Local en uno de estos controles policiales a los que acompañó La Tribuna. «Si la emisión de ruido está por encima de los seis decibelios es una infracción muy grave en la ordenanza municipal de Ruido», explican a este diario desde la Policía Local para detallar a reglón seguido que, en ese caso, los conductores de estos vehículos disponen de un plazo de diez días para corregir las deficiencias detectadas y, en el caso de resolverlas, no se tramita el expediente de sanción. Para ello, la Policía Local de Ciudad Real está en coordinación con la Inspección Técnica de Vehículos (IVT) con el fin de certificar que la emisión de ruido se ajusta a lo estipulado para cada modalidad de vehículos. La ordenanza municipal de Ruido establece como una infracción muy grave «superar en más de seis decibelios el nivel de ruido permitido» y castiga este tipo de infracciones con una multa de entre 601,02 y 901,52 euros. Las infracciones detectadas suelen deberse a dos motivos: la antigüedad de algunas motocicletas o ciclomores, de manera que no se han renovado los tubos de escape y emiten más ruido, o porque hay quienes ‘trucan’ los vehículos instalando tubos de escape que para contar con mayor velocidad, pero también generan un mayor ruido.