El Real Madrid ganó ayer 1-2 en el campo del Granada gracias a un gol agónico de Luka Modric a cinco minutos del final. Los blancos, que no cuajaron un buen encuentro, volvieron a mostrar sus problemas para ser solventes lejos del Santiago Bernabéu.

El duelo fue una pesadilla para el conjunto ‘merengue’, que en muchos minutos estuvo a merced del penúltimo clasificado de la Liga. Karim Benzema adelantó a los blancos y Youssef El Arabi igualó antes de que el croata resolviera el envite con un tanto de bellísima factura.

Fue el primer triunfo del bloque capitalino como visitante con Zidane en el banquillo y sirvió para que su equipo se mantuviera a un punto del Atlético de Madrid y a cuatro del Barcelona, este con un partido menos.

En la primera parte, la escuadra de Concha Espina solo fue superior en el marcador. Los nazaríes pusieron un marcaje al hombre sobre Modric y Kroos, y el cuadro blanco no encontró la forma de sacar el balón con claridad. Solo encontró soluciones con las subidas de sus laterales, Marcelo y Carvajal, ambos muy activos.

El conjunto de Zidane sumó tantas llegadas como el local, quien puso a prueba la seguridad de Keylor Navas. Cristiano Ronaldo envió un balón fuera en una clara ocasión antes de que los suyos se adelantaran con una buena acción combinativa.

La jugada ocurrió a la media hora, con una nueva subida de Carvajal. El lateral diestro tuvo paciencia para buscar la mejor opción y Benzema apareció para aprovechar la asistencia. Fue el decimonoveno gol del francés en la presente edición de la Liga, a uno de Luis Suárez, el pichichi del campeonato liguero.

El Real Madrid conservó la ventaja hasta el descanso, que llegó entre nuevas ocasiones de un Granada ambicioso y agresivo.

La segunda parte no tuvo ningún control y, en los primeros minutos, los ‘merengues’ pudieron sentenciar el duelo. Por ejemplo, Benzema desperdició un mano a mano con Andrés Fernández, quien sacó una mano prodigiosa.

Fue una jugada importante, pues los rojiblancos igualaron a la hora de partido. Modric chocó con el árbitro y perdió el esférico, que acabó en los pies de El Arabi, que definió ante la salida de Navas.

El Madrid se descosió y el Granada nunca renunció a los contraataques. El equipo blanco no mostró ningún plan de ataque claro y perdió infinidad de balones. Quedó a merced de la épica para llevarse un triunfo con el que contaba antes de comenzar el duelo.

Esa épica llevó el nombre de Modric, quien, a cinco minutos del final, se sacó un espectacular disparo desde fuera del área para poner el balón en el ángulo. Fue su primer tanto en la Liga y valió tres puntos de oro para los blancos.