Celta y Sevilla firmaron ayer tablas (1-1) en el segundo asalto de la semana entre ambos equipos, que cerrarán la ‘trilogía’ el próximo jueves en la vuelta de la Copa del Rey, en un encuentro en el que el cuadro andaluz aguantó más de una hora en inferioridad por la expulsión de Federico Fazio.

El cuadro de Unai Emery, que siguió el partido desde la grada al estar sancionado, aguantó el empuje final del cuadro de Eduardo Berizzo y resguardó la quinta plaza que le mantiene en la zona de la Europa League.

El bloque gallego llegaba herido, necesitado de un triunfo revitalizante después de perder en el Ramón Sánchez Pizjuán por 4-0 en el ‘Torneo del KO’.

 Como en aquel choque, el equipo andaluz se adelantó al filo del descanso, esta vez con un tanto de Carriço tras un saque de esquina. Era el momento en el que más dominaban los celestes, que jugaban con un hombre más desde el minuto 24 por expulsión de Fazio, cuyo regreso a la Liga tras su paso por Inglaterra no pudo ser más desafortunado.

Pero esa superioridad no la supo explotar la escuadra gallega, que sin Nolito ni Orellana pierde creatividad y desborde en los últimos metros. Sus mejores ocasiones en el primer tiempo llegaron con disparos desde la frontal: ni Bongonda ni Wass acertaron a rematar entre los tres palos.

Los hispalenses, con un jugador menos, dieron un paso atrás para defender el empate, pero tuvieron una ocasión importante en los pies de Reyes, que se encontró con una gran estirada del guardameta celeste.

Tras el descanso, el equipo local salió revolucionado. En 10 minutos disfrutó de más oportunidades de marcar que en todo el primer tiempo. Planas, con un disparo envenenado, el ‘Tucu’ Hernández, con un lanzamiento desde la frontal, y Beauvue, con un remate en el área pequeña, rozaron la igualada.

 El Celta tenía a los visitantes encerrados en su campo. Su dominio era absoluto y, sin embargo, en otra acción a balón parado, N’Zonzi, tras ganarle en el salto al zaguero, pudo sentenciar. Su cabezazo fue repelido por la parte exterior del poste.

Y del posible 0-2 se llegó al 1-1 en apenas dos minutos: centro de Daniel Wass, el motor de su equipo en este segundo tiempo, y espectacular remate de Beauvue de primeras para fusilar a Sergio Rico. El ex del Olympique de Lyon, uno de los refuerzos invernales del cuadro vigués, se estrenaba así como goleador.

El empate dio todavía más oxígeno a los gallegos, desbocados en busca de un segundo tanto. Iago Aspas, en dos ocasiones, y Hernández tuvieron cerca el gol sobrepasado el ecuador del segundo acto. Lo siguió intentando el equipo de Berizzo hasta el final, pero los del Nervión tiraron de oficio y aguantaron las continuas embestidas locales para sumar un punto que les mantiene en la quinta plaza, aunque lejos todavía del cuarto clasificado, el Villarreal.