ue solo un susto que terminó por convertirse en una anécdota, al menos para los quince miembros de la peña el Pilaricón de Villamayor de Calatrava. Los mismos que tuvieron que compartir por unos segundos su sede de las fiestas con uno de los 11 erales que este año ha adquirido el Ayuntamiento para los encierros en honor al patrón.

La inesperada visita, explica José Velasco, testigo directo del suceso, presidente de la peña el Pilaricón y concejal de Cultura y Deportes de la población, no llegó a «los 15 segundos», pero fueron suficientes para llevarse un buen susto. «Ha sido un visto y no visto. Eran las 13.30 horas y estábamos en la vieja discoteca que utilizamos como sede de la peña tomándonos el aperitivo mientras tenía lugar el encierro en las calles de al lado. Cuando de pronto, los que estaban en la puerta han empezado a gritar '¡Que viene!', y nos hemos encontrado con el toro en el local». Y con todos los presentes encima de la barra o detrás de ella, pues fue éste el lugar elegido para resguardarse del astado, según explica el edil, mientras el animal, ajeno al pavor que despertaba, se dedicaba a darse un paseo por las instalaciones, «arremetiendo con alguna que otra mesa y una silla, poco más». En total, 15 segundos que terminaron igual que empezaron, con el toro marchándose cuando quiso.

Como responsable de Juventud y Deportes, el joven de Villamayor explicó a La Tribuna que el toro burló la seguridad del recorrido establecido aprovechando el descuido de unos jóvenes que soportaban una de las vallas de protección. «Al pasar los toros se han apartado y éste se ha salido por el hueco que ha dejado la valla». Esto sucedía concretamente en la calle Argamasilla, justo al lado de la plaza de toros, que cada año se convierte en el punto de partida de estos encierros que son la antesala de las fiestas de Almodóvar.

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