Voz para sentir

D. Farto
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'La jaima de los sentidos', que se instaló en la Biblioteca Pública del Estado, traspasa el concepto de la escena para convertir al espectador en participante a través de sus sentidos

Penumbra a base de luces tenues, una gasas delimitan el espacio donde se va a desarrollar la acción y los espectadores se sitúan en el interior, sobre alfombras y cojines, porque ellos también son parte de la acción, que no es sólo cosa de Esther y Marcos Serranos, los representantes de la compañía Cheritrones que ayer les convocaron en el salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado, transformado en La jaima de los sentidos.El teatro de los sentidos no se basa en una trama, en un relato que va hacia adelante por medio de un planteamiento, un nudo y un desenlace. Es una sucesión de estímulos que buscan transmitir una estado de bienestar al participante. Como en una performance, el espectador es mucho más que eso.La palabra, los olores, los sonidos, el tacto, la música de algunos instrumentos e incluso el gusto ganan terreno sobre el sentido que más usan los seres humanos. (Más información en la edición impresa)