Corea del Norte redobla su desafío con el lanzamiento de otro cohete

Agencias
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Pyongyang coloca un nuevo misil en órbita ignorando las advertencias de Naciones Unidas, algo que Seúl y sus aliados consideran una prueba encubierta de un proyectil de largo alcance

 
Tras el ensayo nuclear del pasado enero y pese a todas las advertencias, Corea del Norte redobló ayer su desafío a la comunidad internacional con otro lanzamiento de un cohete al espacio, un hecho que Seúl y sus aliados consideraron una prueba encubierta de un proyectil de largo alcance. 
Las críticas no se hicieron esperar y numerosos países criticaron la acción. Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una sesión extraordinaria en la que condenó el acto y lo tachó de ser una «clara amenaza a la paz y a la seguridad». Además, los 15 miembros del máximo órgano decisorio de la ONU aprobaron un documento que anunciaba «medidas importantes» en respuesta al ensayo nuclear de enero, lo que implicaría la imposición de nuevas sanciones a Pyongyang.
Corea del Norte disparó dicho cohete desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Sohae, en la costa occidental del país. Un hecho que viola las resoluciones de la ONU. Pese a ello, el régimen de Pyongyang insistió en que se trata de la puesta en órbita de un satélite espacial. Pero EEUU, Corea del Sur y Japón sospechan que sea el ensayo encubierto de un misil de largo alcance, ya que ambos usan el mismo cohete para propulsarse.
«No podemos permitirlo. Tomaremos todas las acciones necesarias para proteger la seguridad y bienestar de nuestro pueblo», aseguró el primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Por su parte, la presidenta surcoreana, Park Gen-hye, consideró que se trataba de una «inaceptable provocación». Además, EEUU y Corea del Sur anunciaron el inicio formal de las negociaciones para la instalación del sistema de Defensa Terminal para Zonas de Alta Altitud.
Anunciado desde hace días, el cohete fue disparado después de que Pyongyang adelantara su ventana de lanzamiento. Lo que supone un paso más en el desarrollo de su programa militar, la última frontera que queda de la Guerra Fría.
Bajo su política songun de primacía militar, este hermético y paupérrimo país mantiene a su población con cartillas de racionamiento y aislada del exterior, mientras el régimen se gasta una millonada en su programa atómico y de misiles. Tras sus ensayos nucleares de 2006, 2009, 2013 y el mes pasado, la Casa Blanca teme que esté desarrollando la tecnología necesaria para miniaturizar sus bombas atómicas en las cabezas de sus misiles de largo alcance.