40 años de música, cuero y gomina

SPC
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Hace cuatro décadas llegaba por primera vez a la gran pantalla 'Grease', la historia de amor entre la dulce Sandy y el rebelde Danny Zuko

«I got chiiiiiills, they’re multiplying» exclamaba un absorto John Travolta al ver a Olivia Newton-John con un cigarrillo entre los labios, embutida en cuero y lejos de su imagen angelical, el momento más icónico de Grease, todo un clásico que cumple 40 años.

La cinta, dirigida por Randal Kleiser, se basaba en el musical de Broadway que se estrenó en febrero de 1972 y llevó a cabo más de 3.300 funciones. Una obra en la que Travolta apareció como sustituto de un actor secundario.

El verano acaba y también el romance entre el apuesto Danny (Travolta) y la dulce y frágil Sandy (Newton-John), que debe regresar a su Australia natal, pero el amor entre ambos resurge cuando coinciden en el instituto californiano Rydell, donde los hábitos de las pandillas de las que forman parte (los T-Birds y las Pink Ladies) pondrán algunas trabas para su reencuentro.

Ese es el argumento de este romance de 1959 y que, como consideraba el autor Scott Miller en su libro Sex, Drugs, Rock and Roll and Musicals, proponía todo un relato revolucionario para aquella época, subvirtiendo los tópicos del género y atreviéndose a tocar temas sensibles como el sexo y la rebeldía.

Ahí residía parte del encanto de la historia, gracias al trabajo de Stockard Channing como la cínica Rizzo o el fallecido Jeff Conaway como Kenickie, el mejor amigo del protagonista, que insuflaban personalidad y carisma a sus personajes a pesar de que sus años de adolescencia habían quedado ya lejos.

Las actitudes chulescas y desafiantes de los T-Birds, con sus chaquetas de cuero y cantidades industriales de gomina, chocaban con la fuerte personalidad de las integrantes de las Pink Ladies.

Pero, finalmente, el amor se impone mientras suenan canciones como Summer Nights. De hecho, la banda sonora del filme fue el segundo disco más vendido del año, solo por detrás de otra banda sonora, la de Saturday Night Fever.

Su polémico final, en el que Sandy cambia su aspecto y su actitud para conquistar a Danny, fue muy criticado por la forma de actuar de la protagonista, pero tal y como defendía Jim Jacobs, creador del espectáculo de Broadway, la escena parodiaba los estereotipos en los que el rebelde siempre termina abandonando sus malas maneras.

El éxito de la cinta, que se estrenó en Nueva York en 1978, llevó a Paramount Pictures a apostar por una secuela, Grease 2, que fue recibida con críticas muy negativas y a la que el público le dio la espalda, pero que al menos sirvió para lanzar la carrera de Michelle Pfeiffer.