...en el que imperó la prudencia

M. Chaves
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La tarde corroboró los malos presagios de la mañana y dejó a Ciudad Real sin uno de los días más esperados de la Semana Mayor

Imagen de un costalero de Las Angustias - Foto: Pablo Lorente

Si la mañana fue inestable, la tarde del Viernes Santo no dejó lugar a dudas: poner a los distintos pasos en la calle era imposible. De esta forma, y aunque restaban horas para el inicio de la estación de penitencia de algunas cofradías, los hermanos mayores del Cristo de la Piedad, Santo Sepulcro, El Descendimiento, Las Angustias y la Dolorosa de la Catedral acordaron por unanimidad a las siete y media de la tarde cancelar sus recorridos procesionales ante una probabilidad de precipitaciones muy elevada hasta las once de la noche. De hecho, en el momento fijado para la salida de la primera de ellas (El Santo Sepulcro) llovía de forma intensa en la capital.

Por ello, se abrieron las puertas de todos los templos y las levantás y chicotás dejaron paso a la visita de los ciudadanos a las distintas iglesias en busca de imágenes de gran valor que, como en 2011, no pudieron iniciar sus recorridos. Así, el guardapasos se llenó de ciudadrealeños para contemplar a Jesús de las Cinco Llagas y a la Virgen de la Pasión y unas cuadrillas de costaleros que no se separaron ni un instante de sus titulares. En este sentido, el hermano mayor, Julián París, reconoció que lo más importante es el patrimonio y los hermanos y que, por tanto, «había que evitar daños». Una discurso al que se sumó Javier González, de las Angustias, al subrayar el entendimiento con todos sus compañeros y al reconocer que «la mala noticia» fue acogida con respeto y comprensión por parte de toda la Hermandad. (Más información en la edición impresa)