Inestabilidad en un viernes santo...

M. Chaves
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El Viernes Santo quedó desierto de cofradías. - Foto: PABLO LORENTE

La mañana del Viernes Santo acumuló todos los ingredientes necesarios para sembrar dudas entre los cofrades. Así, un día que se levantó frío estuvo acompañado de nubarrones, viento y alguna que otra gota que no terminó de llegar a más, pero que se convirtió en motivo más que justificado para hacer que cualquier decisión en lo que respecta a salir, o no, a la calle pudiese tener lugar a multitud de opiniones. No obstante, los hermanos mayores de las cinco cofradías que forman la Penitencial de Santiago (La Oración en el Huerto, El Encuentro, Jesús Caído, La Misericordia y el Cristo del Perdón y de las Aguas) tuvieron muy claro que la jornada no invitaba a arriesgar y que, a tenor de las previsiones que se manejaban, poner a sus titulares en la calle era demasiado arriesgado.

De esta forma, a poco menos de cinco minutos para las once de la mañana (momento en el que debía cruzar la puerta de San Pedro el paso de La Oración en el Huerto) los cinco responsables de las corporaciones de la mañana acordaron por mayoría no hacer estación de penitencia; por lo que se puso fin a la incertidumbre de todos los hermanos que se dieron cita en el interior del templo y de todos los ciudadanos que se habían acercado a las inmediaciones del mismo pera contemplar el discurrir procesionales de unas cofradías con mucho arraigo en Ciudad Real.

Con esta decisión, como suele ser habitual en este tipo de casos, las paredes de San Pedro fueron testigos mudos de innumerables  muestras de cariño entre miembros de todas y cada una de las hermandades, rezos anónimos y lagrimas de los muchos que llevaban esperando mucho tiempo para poder acompañar a sus respectivas imágenes. (Más información en la edición impresa)