El Barça gana por inercia

AGENCIAS
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El conjunto culé sufre para imponerse en el estadio de un Levante que mereció más

Un autogol de David Navarro mediado el primer período y un tanto al final de Luis Suárez dieron ayer la victoria al Barcelona ante el Levante, en un partido en el que el equipo catalán no encontró la forma de superar con claridad a un rival que compitió y estuvo a la altura del choque.

Hasta la última jugada del duelo, en la que llegó el 0-2, tuvo el conjunto local la oportunidad de igualar una contienda en la que supo poner en dificultades al líder.

Al bloque ‘granota’ le costó adaptarse al encuentro, pero cuando lo hizo, complicó a su rival un envite en el que las diferencias no fueron las esperadas entre el primero y el último clasificado de la Liga española.

Los 10 primeros minutos azulgranas fueron asfixiantes para los de Rubi, que no encontraban la forma de salir de su parcela ante las constantes combinaciones en ataque de los culés.

Aunque sin tanta insistencia como al principio, los de la Ciudad Condal mandaban claramente en el enfrentamiento y en una penetración por la izquierda de Iniesta y Jordi Alba, el centro del lateral dio en la espalda de David Navarro y se coló en la portería de Mariño.

El gol igualó un poco el encuentro, no porque la escuadra visitante cambiara, sino porque el conjunto local encontró al contragolpe los espacios que hasta entonces se le habían negado.

Fue en el último cuarto de hora del primer tiempo cuando los valencianos dispusieron de sus dos mejores ocasiones. La primera llegó en una falta lanzada por Verza, que salió alta, y la segunda, la más clara, en una contra perfecta en la que Morales envió el balón al poste.

 El Barça dominó claramente el juego en toda la primera parte, aunque elaboró menos acciones de peligro de las habituales, mientras que el Levante se mostró con las ideas claras para frenar a su rival y tuvo opciones, por lo que creó y por lo que destruyó, de irse al descanso sin estar por detrás en el marcador.

Tras la reanudación, el partido continuó con la misma dinámica, ya que los levantinistas no le perdieron la cara al encuentro, generaron peligro y su presión hacía que los visitantes no se sintieran cómodos.

 El planteamiento defensivo local dificultaba el juego de los culés que, a pesar de estar casi siempre cerca del área de Mariño, no encontraban el hueco para lograr un segundo tanto que cerrara definitivamente el choque.

Luis Enrique buscó más equilibrio con la entrada de Busquets, mientras que Rubi arriesgó al poner sobre el terreno de juego muchos jugadores de corte ofensivo.

Cuando el duelo se acercaba al final, el objetivo de los catalanes pasaba más por administrar la ventaja y buscar la velocidad de sus puntas.

Así, con el Levante volcado en busca del empate, Luis Suárez, que está inmerso en una racha goleadora, puso el 0-2 en el luminoso al aprovechar un contragolpe en el tiempo de prolongación. Messi recogió el balón en la medular y le dio un pase raso al uruguayo que, solo ante Mariño, cerró definitivamente el encuentro.