Cuatro radares de la A-4 y el de Peralvillo, los que más multan

R. Ch. / LT / Ciudad Real
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El cinemómetro más activo se encuentra a la entrada de Manzanares, en la autovía de Andalucía sentido Madrid, donde han sido denunciados casi 11.200 conductores

A pesar de que hay carteles que avisan de su presencia, de que la mayoría de los navegadores y teléfonos inteligentes tienen aplicaciones que anuncia su proximidad y de que en los últimos años apenas han variado su número, los radares fijos ubicados en la provincia de Ciudad Real siguen siendo un dolor de cabeza -y de cartera- para los conductores. En Ciudad Real, la DGT tiene desplegados 13 radares fijos, localizados siempre en el mismo punto kilométrico de la misma carretera donde siguen cazando a conductores que pisan el acelerador más de lo permitido. Así, hasta el 24 de marzo, en Ciudad Real se recaudaron -entre radares fijos, móviles y Pegasus- más de 717.000 euros por infracciones de velocidad que fueron detectadas por estos aparatos, que tienen en la Autovía de Andalucía su principal zona de 'trabajo'.

Según la información que recopila cada verano la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA), el radar más activo de la provincia está en la autovía de Andalucía, a la entrada de Manzanares, dirección Madrid, en el punto kilométrico 177,5. Durante el pasado año 'cazó' a 11.191 conductores que pasaron por ahí más rápido de lo que podían hacerlo, en este caso 120 kilómetros por hora, aunque hay que recordar que desde el mes de febrero, todos los radares aplican el mismo margen de tolerancia en los excesos de velocidad en las carreteras, fijado en el siete por ciento, con lo que este radar se activa ya a partir de los 131 kilómetros por hora.

El 'pódium' de los radares que más denuncias ponen en la provincia de Ciudad Real lo completan otros dos aparatos ubicados también en la A-4: en el kilómetro 230,8, a la altura de Almuradiel, donde la DGT mide la velocidad tanto de los vehículos que van hacia Andalucía como los que van dirección Madrid. El primero 'cazó' a 8.212 conductores, el segundo, a otros 8.100.

Aunque en lo que va de año, la Guardia Civil recuerda que las velocidades más altas se han registrado en carreteras convencionales, con el récord para el motorista que circulaba a 206 kilómetros por hora en un tramo con límite a 90, cuando se repasan los datos de las denuncias de radares, son las autovías las que acaparan las grandes cifras de conductores denunciados. Así, el cuarto punto donde más infracciones se localizaron fue en otro radar de la A-4, el que está en el punto kilométrico135,6, dirección Cádiz, con 2.101 conductores sorprendidos a más velocidad de la permitida cuando pasaban a la altura de Puerto Lápice.

fuera de autovía, la n-401. Al margen de las autovías que cruzan la provincia, uno de los últimos radares en llegar es el más activo: el de la N-401, en la carretera de Toledo y antes de llegar a Peralvillo, pedanía de Miguelturra. Instalado hace poco más de cuatro años, está ubicado en las proximidades de una curva considerada como peligrosa, en el kilómetro 178,7, y que fue el último punto negro que eliminó Tráfico. Allí el límite de 90 kilómetros por hora -que se reduce a 80 en caso de lluvia o hielo- fue sobrepasado el año pasado por 739 conductores.

Por encima del centenar de multas se sitúan también el radar de la N-430, situado entre Alhambra y Ruidera (punto kilométrico 404,7), con 295 denuncias; el de la CM-4124, cerca de Manzanares y en dirección a Bolaños de Calatrava (p. k. 22 y 195 activaciones) y otro de la N-430, en este caso entre las localidades de Piedrabuena y Luciana (p. k. 273,9), donde hubo 101 conductores 'cazados'.