Residuos cero en la planta de recuperación de Criptana

A. Criado
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Reciclajes La Mancha, empresa ubicada en Campo de Criptana, trabaja estos días en el tratamiento y reciclaje de los neumáticos que se encontraban apilados en el vertedero ilegal de Argamasilla de Alba

Reciclajes La Mancha es a los residuos lo que el cerdo a la gastronomía: todo se aprovecha. Residuos cero no es el lema de esta empresa de Campo de Criptana, sino una realidad de la que pocas plantas de recuperación pueden presumir en España. Y eso que cuenta con una actividad muy diversificada, que abarca desde el cartón y los envases hasta el aluminio y los plásticos agrícolas, pasando por el tratamiento de maderas y neumáticos de vehículos, una línea de negocio que ha potenciado mucho en los últimos años después de su exitosa intervención tras el incendio del vertedero ilegal de Seseña. Se hizo cargo del 70% de las ruedas, además del acero que se quemó en aquel ‘cementerio’ descontrolado. El grupo Recuperaciones Pérez adquirió esta planta en enero de 2015 y desde entonces se ha convertido en un referente nacional en el reciclado de neumáticos fuera de uso de su vida útil (NFU), tanto de turismos y camiones como de vehículos pesados. La actividad de la empresa en este área se centra estos días en el tratamiento de las ruedas que se encontraban apiladas en el vertedero ilegal de Argamasilla de Alba (cerca de 2.900 toneladas), que la empresa pública Tragsa, contratada por el Gobierno regional, acabó de limpiar esta semana. Pero también trabaja en un acopio ilegal en Sevilla de 7.800 toneladas y recibe neumáticos de ayuntamientos de la provincia y de otros puntos del país, como Galicia y la Comunidad de Madrid. En lo que al vertedero de Argamasilla de Alba se refiere, Santiago Lucas-Torres, director general de Recuperaciones Pérez, explica que cada día han recibido una media de doce camiones de neumáticos, más de 140 toneladas. Las ruedas de turismos y camiones, de menos de 1,40 metros de diámetro, llegaron a la planta enteras, sin pasar por la cizalla, como sí ocurrió con las de los vehículos industriales, que recibieron varios cortes en una campa habilitada en la propia parcela, para adaptarlas en tamaño a la maquinaria existente en Reciclajes La Mancha. Hay que recordar que Puente del Guadiana, titular de la instalación, llegó a apilar hasta ruedas de avión y de dúmper, que cuentan con unas gigantescas dimensiones. Todos los camiones que llegan a la planta de Criptana pasan directamente por la báscula. Y es que, subraya Lucas-Torres, allí no sólo se realiza un albarán de pesado, sino «una línea de trazabilidad medioambiental». «Tenemos que indicar qué residuos entran, cómo los vamos a procesar y dónde los vamos a llevar después», apostilla para subrayar que la empresa rinde cuentas con asiduidad tanto a la Junta de Comunidades como a los agentes del Seprona de la Guardia Civil. Un camión pulpo sube las ruedas a una plataforma y allí los operarios las van depositando a mano, una a una, para que reciban el primer tratamiento de trituración. El objetivo, evitar que se cuele algún hierro y parta las máquinas, ya que «es un proceso carísimo». (Más información en la edición impresa)