Enredadas en la diversidad

Raquel Santamarta
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Tras finalizar 'Carta de futuro para una ciudad accesible', el objetivo se centra en «conocer la realidad» para «cambiar miradas»

Desde subnormales hasta minusválidos». Hay un sinfín de términos que se han empleado históricamente para denominar a un colectivo de personas con discapacidad que lucha cada día para que se les considere ciudadanos con diversidad funcional. «Muchos no saben lo que significa», lamenta Sandra Candelas, técnica de proyectos de trabajo comunitario y formación en Equipo Andecha. «Es más igualitario e inclusivo», defiende desde la Asociación Ciudad Accesible, Ciri del Campo, incidiendo en que «discapacidad infravalora nuestras posibilidades». Las palabras importan. Y mucho.

Conscientes de que «conocer la realidad es de gran importancia para comprenderla y transformarla», ambas entidades se han embarcado en la iniciativa 'Enredándonos' que, según explica Candelas, persigue «cambiar miradas» en el marco de un proceso participativo en el que las personas con diversidad funcional sean las protagonistas. «El entorno no se adapta a sus demandas», apunta. Y eso, según subraya, «les impide un acceso en igualdad de oportunidades». «En la actualidad hay una serie de mejoras técnicas muy sencillas», pone de manifiesto en un destierro a las excusas. Porque, en sus propias palabras, «unos simples escalones pueden dar al traste con el derecho a empadronarse o a ejercer el voto».

Tras formar a una veintena de personas (con diversidad funcional y sin ella) durante 25 horas, al objeto de sensibilizar al personal de las administraciones públicas, haciendo hincapié en el ámbito docente y sanitario, están repartiendo un cuestionario a los funcionarios para «saber con qué dificultades se encuentran a la hora de atenderles» al objeto de «poder eliminar barreras». Obstáculos que no sólo pasan por 'trampas' arquitectónicas a derribar o apoyos técnicos a ofrecer, sino que encuentran en la mente el peor de sus enemigos. Y es que, a menudo, las personas con diversidad funcional se convierten en un blanco perfecto para la marginación y el aislamiento, que la sociedad ejerce sobre aquellos que no siguen los cánones esperados.

«Hay falta de empatía y mucho desconocimiento», según apuntan incidiendo en «la concienciación social como una prioridad». «Cuando redactamos 'Carta de futuro para una ciudad accesible', nos dimos cuenta de que la gente tiene miedo a relacionarse con ellas por una cuestión de inseguridad», explica Candelas echando en falta «más espacios de convivencia». Y es que los prejuicios derivan de la ignorancia. Por eso, 'Enredándonos' busca cómplices para romper con los estereotipos y acabar con las situaciones de exclusión y maltrato desde el enriquecedor ejercicio de ponerse en la piel del otro.

un primer paso. «Todos nacemos dependientes», recuerda Candelas haciendo hincapié en un concepto de interdependencia como «primer paso hacia la solidaridad».  En 'Carta de futuro para una ciudad accesible', realizado gracias a la financiación de la Obra Social 'la Caixa' y con la colaboración del Servicio de Apoyo al Estudiante con Discapacidad (SAED) de la UCLM, Cocemfe, la Diputación y el Patronato Municipal de Personas con Discapacidad, Ciudad Accesible y Andecha califican como «imprescindible» la participación de estas personas en el diseño de las políticas de accesibilidad, ya que «conocen mejor que nadie la problemática y pueden enunciar propuestas innovadoras y eficaces para solventarla». Un conjunto de dificultades que se agrava en el caso de las personas con un impedimento cognitivo y sensorial.