Apenas han pasado cinco días desde que el Estado Islámico (EI) difundiera un vídeo de la decapitación del periodista James Foley, que estremeció al mundo entero. Los servicios de inteligencia del Reino Unido se pusieron manos a la obra para identificar al integrante del EI responsable del asesinato. La pista más evidente fue su perfecto acento británico, aparte de sus ojos y manos, que fue lo poco que enseñó en las imágenes, puesto que iba totalmente tapado. Según informó la edición de ayer del diario The Sunday Times citando a «altas fuentes del Gobierno de Londres», el sospechoso clave, relata el periódico, es un individuo llamado Abdel Majed Abdel Bary, de 23 años. Según otro rotativo, Daily Mail, se trata de un cantante de rap poco conocido al que los servicios secretos y sus compañeros islamistas apodan Jihadi John (John el Yihadista).
Abdel Bary vivió hasta el año pasado en su domicilio familiar de la capital británica y, recientemente, colgó en Twitter una imagen suya en la que sostenía en su mano una cabeza humana.
Los servicios secretos británicos y la Policía estiman que cada mes unos 20 extremistas del Reino Unido deciden ir a Siria o a Irak para luchar en las filas de EI. Unos 500 estarían empuñando armas en el destino elegido, al que llegan a través de Turquía.
Por otro lado, el periodista estadounidense Peter Theo Curtis fue liberado ayer y se encuentra acompañado por representantes de Naciones Unidas tras casi dos años de secuestro. Se desconoce, de momento, en manos de qué grupo se encontraba.
El reportero volvió a cobrar atención internacional el pasado 30 de junio, al aparecer en un vídeo divulgado por sus captores en el que aparecía desaliñado, con pelo largo y barba, pero en buen estado de salud.
MÁS COMBATES. Parece que el EI no tiene límites. Ayer, la organización terrorista logró tomar el control de parte de un estratégico aeropuerto militar en el este de Siria tras días de fuertes combates. Al menos 100 extremistas murieron en los enfrentamientos en este punto estratégico, el último bastión del régimen de Bashar Al Asad. Por otro lado, en Irak, fallecieron al menos siete personas por la explosión de un coche bomba en un barrio chií de Bagdad.