La mental es una enfermedad aún encerrada en el armario del estigma. Y eso dificulta a quien la padece su recuperación. Por eso Apafes, la asociación que lleva más de dos décadas intentando derribar esos muros invisibles que parte de la sociedad, todavía hoy, levanta frente a los enfermos psíquicos, impartió ayer una charla de sensibilización en el IES Santa María de Alarcos a un grupo de alumnos de cuarto de la ESO.
El trabajador social José Manuel Arias y la monitora del Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral (CRPSL) Isabel Gómez desmontaron ante los adolescentes los mitos que rodean a patologías como la esquizofrenia, que afecta a una de cada cien personas y se manifiesta en su fase aguda con delirios y alucinaciones. «Deteriora la capacidad de las personas para dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás», explicó Arias incidiendo en que todos somos candidatos a formar parte de sus filas. No en vano, las enfermedades mentales pueden afectar a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida.
Durante su intervención les ayudaron a diferenciar el trastorno bipolar, donde el estado de ánimo fluctúa a caballo entre la manía y la depresión; de la ansiedad, producto de fobias o miedos irracionales. «Es la presencia incontrolable de preocupaciones excesivas y desproporcionadas que van acompañadas de síntomas físicos como sudoración, nerviosismo, inquietud y palpitaciones», precisó Arias respecto a esta última patología.
De igual modo, se abordó la depresión, caracterizada por una tristeza profunda; el TOC (trastorno obsesivo compulsivo), que lleva a quien lo sufre a vivir entre esquemas inalterables y temores recurrentes; y el trastorno de personalidad, que lleva a conductas de inadaptación social.
Las enfermedades mentales tienen un componente genético, hay quien nace con cierta predisposición a sufrirlas. Pero también se deben tener en cuenta factores modulares como el estrés ambiental, determinados acontecimientos vitales y el abuso de tóxicos. En este punto, Arias les trasladó que «de los últimos once ingresos en el CRPSL, nueve han sido motivados por el consumo de cannabis». «Hace unos años eran personas de mediana edad, pero ahora llega gente muy joven», apostilló Gómez.
Más información en la edición impresa.